PARTE DOS
El talón de Aquiles
El talón de Aquiles de la economía de San Miguel Tenextatiloyan es el
precio de sus productos, cazuelas de consumo popular que ante la
desorganización gremial y la necesidad individual, que los obliga a negociar de
uno por uno el valor de sus ollas con el comerciante, hay una sensación de
pérdida en el resultado. Los números que suman la extracción del barro de Las
Minas, el molido, amasado, la formación de las piezas, la compra de leña y
aserrín, la primera cocción (el jagüeteado), la segunda cocción (el decorado y
greteado) y el esfuerzo de venderlas no coinciden con el precio que el cliente
les viene pagando al final del proceso. Aunque su versión contrasta con la de
los comerciantes, que han visto elevarse sus ganancias con precios locales muy
deprimidos, pero una constante demanda de productos a nivel nacional.
Precio justo
Hay gente que conocemos como los viajeros, son los que
luego acaparan, compran a un precio muy bajo y lo van a vender a todo los
estados. Tiene que haber una comisión que determine los precios. Ahí esta la
problemática, apoyarlos en el precio, más que nada. Si hubiera quien los
uniera, las tarifas serían más justas. El ejido podría, pero no es su papel,
pues la mayoría de los alfareros no son ejidatarios. Hay setecientos
ejidatarios campesinos, pero a ellos se agregan trescientos ejidatarios que
también son alfareros, son artesanos y campesinos. Y ellos son quienes
defienden en las asambleas los intereses de los alfareros, en cuestiones como
el cobro de derechos. La problemática está en que también está muy dividido el
pueblo, nos falta unidad. Eso pega en los precios, que no tienen un mismo
criterio, cada quien da su loza a como se pone el cliente. (Comisariado Ejidal
del Ejido de San Miguel, Salustio Bonilla)
Ya no sale
“Como esta cazuela,
nos han dicho, se pone negra la comida y con esta de greta no. Y no entendemos
el problema de precio, mire, esta canastita, la vendemos a 25 pesos, por la
pintura que está un poquito cara, ya la verda, la gente no la paga, y con esta
cazuela de greta, pedimos 20 pesos o hasta 15, cómo nos van a pagar 25 por la
canastita. Ya no sale. Esa misma canastita, con greta, mínimo vale cinco pesos
en el mercado. Esta cazuela con esmalte, mínimo a 45 pesos tenemos que darla,
así que la gente prefiere la misma cazuela con greta que nos compra a 20 o 25
pesos. (Alfarero José Marcelino)
El revendedor es el que gana
Sí quisiera estudiar, hace cuatro años salí de la
secundaria y quisiera hacer la prepa, pero el asunto económico no resuelve
mucho porque, le digo, acá nosotros vendemos la mercancía los martes y el
comprador, el revendedor realmente, la quiere muy barata y la vende a un mejor
precio. Él sí sale ganando. Los
compradores llegan y quieren comprar todo muy barato, y cuando se van venden
nuestros productos a precios altos. Nunca lo dicen, pero es la realidad. Es el
negocio de los vendedores. Por eso a veces nosotros somos quienes salimos a
vender, he salido a vender loza con mi papá. (Joven alfarero Ramiro Ravelo
Hernández)
Los acaparadores
Es la problemática del pueblo, el acaparador, el vendedor
se lleva la tajada mayor, pero en el campo es lo mismo, viene la cosecha y
quien se lleva la ganancia, pues el acaparador, que ni siquiera son cercanos,
vienen de lejos y comprar a los precios que ellos determinan, aunque hay cierta
regulación. Pero es lo mismo. Ahí esta todo el problema en todos lados, el
productor pierde. Se supone que les están dando las batidoras y los molinos
para producir más, entonces si antes de la batidora les duraba una semana el
barro, ahora les dura tres días. Esa mayor cantidad de producción también pega
al precio, pues hay más. (Comisariado Ejidal del Ejido de San Miguel, Salustio
Bonilla)
Compran y se dicen alfareros
Ese comprador viene y encarga –dice--, y no sólo a
nosotros, a muchos alfareros. El viene, encarga y luego llega y se la lleva,
trae su camión, y ya no sabemos. Aquí cada quien vende a como puede, unos lo
vendemos a mejor precio, otros en menos, no estamos todos de acuerdo, el pueblo
alfarero no se pone de acuerdo. Nomás nos vamos guiando a como vamos escuchando,
los compradores vienen y dicen, fulano nos la da a tal precio, tú me la quieres
dar a otro precio, y ahí es donde nos vamos acomodando en el precio. Aquí nos
peleamos con el comprador y convenimos, ni muy alto ni muy bajo, así nos vamos.
No tenemos precios fijos a nivel pueblo. Somos muy individualistas, cada quien
vende a su conveniencia. Esta cazuela, la damos por carga de 48 piezas, unos la
pagan a cuatro cincuenta a quinientos pesos. En la plaza, una por una, a veinte
pesos. En Puebla, un poquito más, ahí ya vas a pagar el flete. Yo no he
intentado ir más lejos. Hay unos que se dicen alfareros, pero no producen,
nomás vienen, compran, se la llevan, y ya se dicen alfareros. Mi papá las
producía, y se las llevan en sus atados a Zacapoaxtla, yo no pasé de aquí, soy
productor, ya otros que la revendan. (Alfarero José Marcelino)
Martes de plaza
N`ombre, tienen una plaza, se vendía muchísimo, y hasta
ahora, cuando quieras ven un martes, pero temprano, amaneciendo, hay hotel, no
se preocupe, porque amaneciendo ya están comerciando aquí en el parque. Y trae
su cámara, para sacar lo que usté busca.
Lo que llevaba uno, todo lo que se hace aquí. Yo tuve un
puesto aquí en la carretera, pero no me gustó, ya estaba acostumbrado a la
manejada ¿no?, estar todo el día ahí para vender cualquier cosa. Venga usté
tempranito un martes, y verá qué plazón. Vienen de todos lados, de México
vienen. (Comerciante de loza Salomón Contreras)
Para hacerlo mejor
La cuestión es que lo que yo produzca realmente me paguen
lo que vale. Voy a trabajar, pero a la mejor ya no tengo que matarme para
obtener lo mínimo para mi familia. Tal vez con menos trabajo físico, pero con
un trabajo más elaborado, pueda yo vivir mejor. Y de esa manera, cuando yo
tenga un mejor producto con mejores precios, pues me entusiasmo y lo hago
mejor. Pero el mercado a donde yo estoy asistiendo no es el adecuado.
(Instructor Cesder Moisés Ramírez Zambrano)
Gobiernos en acción
El carácter individualista de los artesanos de San Miguel,
que se analiza más adelante, tiene su explicación en que la producción y
mercantilización de sus productos fueron actos de sobrevivencia personal o
familiar. Tanto las fórmulas técnicas del amasado y el cocido de sus piezas,
como la clientela que fue incrementándose debido al arrojo y el riesgo
individual, sólo pudieron reproducirse en familia, lejos de cualquier intento
de organización comunitaria.
Por lo uno y por lo otro la alfarería en San Miguel ha
crecido como planta silvestre, con nula organización, sin una clara
prospección, sin horizonte técnico, ni comercial, ni artístico. Incluso su
fuente básica de producción, que es el banco de barro ejidal de donde todos se
proveen, es explotada a la buena de Dios, sin planeación y sin un criterio de
racionamiento.
Las administraciones de gobierno hablan de organización, de
organizaciones. Seferino Ortega, ex consejero del Consejo municipal de San
Miguel Tenextatiloyan, afirma que entre 2008 y 2009 hubo 83 grupos organizados
por el citado Consejo que contaban con reglamento interno, pero que el cambio
de trienio deshizo casi todas las organizaciones. (4) “En el periodo del
presidente municipal, Enrique Iglesias Contreras, que abarca del 2008 al 2011,
se introducen dos máquinas que sustituyen a la fuerza ya sea de animales de
tiro o a la humana: el molino y las batidoras. (…) Un sondeo entre los mismos
alfareros afirman que un 90% de ellos cuenta con alguna de estas dos máquinas.”
(5)
En el 2011, primer año de gobierno del Ing. Víctor Manuel
Iglecias Parra, el Ayuntamiento informa la existencia de 149 grupos
organizados, 80 de los cuales pertenecen a San Miguel. La organización de esos
grupos probablemente funciona a la hora de recibir los apoyos que el
Ayuntamiento reparte año con año a los alfareros, pero no se sabe que sesionen,
que se manejen en base a reglamentos, que acuerden precios o políticas de
producción. Con todo, el gobierno municipal otorgó este año de 2011 la
siguiente lista de productos a esos grupos con recursos del Ramo 33: 101
molinos de barro; 140 batidoras de barro; 238 láminas para galeras; 29 tornos y
14 tapas de horno. Las ayudas abarcaron a 12 comunidades por un monto de 2 582
000.00 pesos, beneficiando a 1 476 personas, 663 de los cuales fueron de San
Miguel Tenextatiloyan, 11 de San Francisco, 3 de Cruz Blanca, 12 de San Isidro,
4 de Tepeyac, 7 de Huitzi, 4 de Oxpantla, 6 de Tagcotepec, 19 de Emilio
Carranza, 2 de Apantzingo y 1 de Ocopipila.
Las batidoras y los molinos han incrementado la producción
de cazuelas, como observa el comisariado ejidal: “lo que estamos viendo es que
en los últimos tres años que llevamos, a través de los apoyos que hubo de
diferente maquinaria, desde molinos, batidoras, tapas para hornos, aumentó
mucha la producción y así también aumentó la extracción de barro”. (6)
Los testimonios de los alfareros sobre la intervención de
los gobiernos, sin embargo, es ambivalente: les ha ido bien y no tan bien. Con
el gobierno federal su principal relación es a través de Fonart, que en
coordinación con el Ayuntamiento ha beneficiado a los alfareros con cursos
sobre la sustitución de la greta y el manejo de hornos de gas, que en muchos
casos permanece en el escepticismo; con el gobierno municipal la relación ha
sido más directa, con ayudas tangibles, como se menciona arriba, por lo que las
opiniones de los productores dependen de si se han visto beneficiados o no por
algunos de los programas y son, en todo caso, divergentes.
Fonart
En 1994 emiten el decreto para cambiar los esmaltes, quitar
el plomo y meter unos que no tengan plomo. Yo, hace diez años me metí en la
cerámica de baja temperatura, que es lo que hacemos aquí. Fonart nos compró
solamente dos veces. Oiga, pero yo estoy produciendo cosas de calidad, vajillas
y cosas así. “Sí, sólo que nada más se les compra por el hecho de haber entrado
a los cursos de capacitación de sustitución del plomo, ya para ventas
posteriores tienen que entrar a otra área, tienen que hacerte un estudio” y
bueno. Pero cuál será la sorpresa cuando uno ve que gente que trabaja en Fonart
tienen negocios en cerámica y que son
los ganones, son los que venden más. Gente que está encargada de la administración
técnica, pues tienen ahí sus negocios. Uno, como no tiene contactos, como
vulgarmente se dice, no tiene palancas, queda fuera.
Las piezas que elaboramos en este taller educativo están
enfocadas para otro mercado, no se puede vender aquí en los puestos de la
carretera. De hecho, a la mejor pecamos de modestos, pero creo que hemos
entendido aquí, en el Centro Alfarero, que la capacitación debe ser integral.
No nada más para enseñarles a decorar, hay que enseñarles a hacer sus pinceles,
hay que enseñarles a que esa creatividad que tiene dormida, que la saque.
(Instructor Cesder Moisés Ramírez Zambrano)
Vean nuestras necesidades
Que el gobierno se fije más en la comunidad alfarera, que
pongan un poco más de atención a sus necesidades, igual que como lo hacen en
otras partes. Estamos aquí con la necesidad de que se nos apoye, que se busque
la manera de hacerlo en sus posibilidades, que no se deje al abandono la
cuestión alfarera que, después de todo, también pueden salir cosas
interesantes, algunas piezas muy buenas, incluso artísticas. Pero no tenemos un
escaparate, eso es otro problemas, no tenemos dónde ponerlas, que las vea otro
tipo de gente, que las vean en otro mercado, pero primero hay que hacer las
piezas para lograr eso. Necesitamos apoyo, hay muchísimas maneras de apoyar al
alfarero. (Alfarero Alejandro Rivera de los Santos)
Que vean cómo vivimos
Lo importante es que nos echaran la mano en verdad, que no
pase el tiempo. Porque a veces nos hacen promesas, que vamos a apoyar a la
alfarería, a la artesanía, y sí apoyan, pero no como debe de ser. Es un
municipio marginado, de bajos recursos, pobre, se necesita el apoyo del
gobierno, de las dependencias, nosotros estamos en la mejor disposición, es lo
que esperamos, que nos echen la mano. Que haiga maquinaria, pos gente así como
ustedes que vengan a enseñarnos, pero que vean qué hacemos, que el gobierno
diga los vamos a apoyar, pero que investigue qué en verdad hacemos, qué es lo
que nos hace falta. Qué le pido al gobierno: nosotros ya estamos avanzados, ya
sacamos el producto sin plomo, entonces, ya sabemos trabajar… Nos hace falta
aquí a nuestra familia un horno de gas para estar al cien por ciento. Nos hace
falta buscar más mercado, donde ya directamente entréguemos para no andar
malbaratando nuestro por ducto que ya está bien hecho, que ya no contamina, que
ya no tiene plomo, necesitamos alguien que nos diga, gente de fuera que nos
conozca más, que nos ayude a buscar mercado para nuestras artesanías. Ahora
nosotros mismos lo hacemos, nosotros lo vamos a vender, así no avanzamos.
La gente tiene ganas de trabajar, pero necesitamos ayuda
del gobierno, para que los trabajos sean menos cansados, para que nuestro
trabajo sea reconocido, que tengamos mercado, porque no tenemos quién nos
compre. Ahí es donde necesitamos la ayuda.
Estas ollas las damos a cincuenta pesos, por eso hace falta
que la gente valore nuestro trabajo, y saliendo sí lo compra. Necesitamos apoyo
económico, con un bajo porcentaje, financiamiento para talleres, necesitamos
que venga gente de gobierno y vea cuál es el nivel, que vea la realidad, que
vea cómo se vive aquí. (Alfarero Andrés Bonilla)
Nunca me han tomado en cuenta
Al menos hasta ahorita nunca me han tomado en cuenta. No sé
por qué, tal vez porque soy muy exigente. Yo he recibido capacitaciones pero
por mi propia cuenta, he buscado por todos lados, pero no, nunca he tenido la
oportunidad de que me apoyen. Más que nada yo necesito ayuda económica para
mejorar mi horno, porque es demasiado trabajo para mí, el horno no llega a la
temperatura que debe de llegar. Espero que algún día alguien me escuche, es lo
que yo deseo. Más que nada que nos escuchen a nosotras como mujeres, invitar a
más personas, a los funcionarios, que nos echen la mano y que nos apoyen,
porque vienen las campañas y nada más nos prometen y a la mera hora no vemos
nada. Y yo quisiera ver y creer. Yo he esperado algún apoyo pero nunca se me ha
concedido. Lo único que me dan es Oportunidades, pero cuánto me vienen dando.
Bueno, como quiera es algo, pero al menos yo necesito maquinaria. Mi equipo,
vamos. (Alfarera Gregoria Rojas Jiménez)
Que se cumpla
Aquí nosotros lo que nos falta es platicar para poder
moverse, para ver si se puede mejorar el trabajo ya, como en Dolores Hidalgo,
donde tienen todo. Lo que necesitamos es capital para poder movernos. Hay que
hablar claro, tratan de ayudar pero no deben aprovecharse, se trata de ayudar a
la persona para que se mejore. Ya hasta el último, si ya se mejoró, pues muchas
gracias. Pero que sea de a de veras aquella voluntad, que ayuden. Prometen
muchas cosas, llegan a un pueblito y que van a hacer esto, “apóyenme”, y hasta el último: no hay nada.
Entonces que se cumpla. Por eso a veces nos desanimamos, eso de que nos den
ánimo y no se hace nada, pues mejor no hacemos nada. Eso es lo que pensamos,
que sea una cosa que se cumpla lo que están diciendo. A veces nomás nos vienen
a engañar. (Alfarero Bernardo Arriaga Degollado)
Cómo ayudarnos
Bueno, en mi caso, pues quisiera que nos ayude con algunos
recursos para seguir adelante. Algún recurso o, por decir, alguna tarraja, todo
eso, que es para trabajar, hacer algunos moldes. Esa es nuestra ansiedad,
nuestro deseo, a ver si nos pueden ayudar.
Si me ayudaran, por ejemplo, haría una galera para poder
trabajar, porque ahorita trabajamos en estas galeritas que son de lámina de
cartón y en cualquier momento que llega una granizada, si hay material adentro,
ya se perdió. Entonces, si nos dieran un recurso lo utilizaríamos ahí. Con una
tarraja para poder seguir trabajando, o algún torno ya eléctrico. Y con lo
demás, por decir, ya el material, como es la greta, pinturas y eso. También un
horno, cómo no. En este caso el horno es para hacer las quemas y sacar la loza.
Ahorita tenemos un hornito común y corriente, entonces si hubiera manera de
tener uno más mejor, con ladrillos refractarios, todo eso mejoraría. Eso es
todo por el momento. A la mejor, enseguida, si ya hubiera alguna capacidad,
usar otro tipo de material ¿verdad? Podría trabajarse con esmalte, pero para
eso necesitamos que nos preparen. Por ahora este horno no da la temperatura
para quemar esmalte. Pero la galera es lo más importante, pues viene una
granizada y ya no podemos trabajar. (Alfarero Flavio Arriaga Degollado)
Piensan ayudar pero no
El problema es que el dinero del gobierno ya viene
destinado para algo, etiquetado como le llaman. Es más fácil pensar en un piso
firme o un cuarto adicional que darse cuenta de la problemática que implicaría
la sustitución de un horno, que resolvería el problema de sustituir el plomo
con el esmalte. Es falta de conocimiento
de lo que requiere la población. Si la población se dedica, pienso yo, a hacer
sombreros, ah, bueno, vamos a ver qué es lo que necesitan para hacer más o
mejores sombreros. Pero no. Vienen y ponen el techo de alguien y piensan que
con eso va a mejorar la familia y no es cierto. (Alfarero Zinoé Miranda Rojas)
La política y la alfarería
Se requiere que la presidencia auxiliar, que la presidencia
municipal haga algo al respecto. Yo no he visto en la autopista un anuncio
donde se diga aquí se produce alfarería: macetas, vajillas, “aquí es San
Miguel, la tierra de la alfarería”. En el sistema de comunicación del estado,
que tiene radio masiva en todo el Estado, la presidencia nunca ha dicho voy a
invertir una lana para que se dé a conocer mi municipio. No, no hay nada.
Ahora, por ejemplo, muchas veces lo vemos desde el punto de vista político: qué
es lo que reditúa más, pero al político, no a la alfarería. (Instructor Cesder
Moisés Ramírez Zambrano)
Obras y transparencia
El gobierno dice: invierto cien millones de pesos,
doscientos, veinte millones, un millón, no importa, pero no hay una manera de
darle seguimiento a si realmente se aplicó donde dijeron que se iban a aplicar.
El que invirtió el dinero dijo: me gasté cien millones de pesos, cuando en
realidad invirtió diez millones. ¿Y lo demás? Ah, pero está justificado ¿eh?
Cómo le puedo decir que no, si me está comprobando con papeles lo que invirtió;
sí, en papel, pero no en los hechos. Entonces es un círculo vicioso porque el
alfarero no ve esa inversión, no le llega. El viejo cuento de: “a mi póngame
donde hay”, ya no importa el color político.
Aquí, desgraciadamente, ha habido casos donde la gente,
cuando lo manifiesta, se le dice “eso no es así”. Hace cinco, seis años, en mi
pueblo, fui comisionado del agua potable. Solicitamos cuatro kilómetros de
tubería, una bomba nueva y una caja de agua. A la mera hora nos salen con que
no alcanzó. “Te vamos a dar dos kilómetros y medio porque no alcanzó”. Pero yo
le digo: pues sabes qué, yo creo que está muy sobrevaluada la obra. “¿Y tú cómo
sabes, me vas a enseñar a mi?” Pues no sé mucho, pero sí sé que no se gastó
bien; es más, aquí tienes una cotización, tú estás pagando diecisiete pesos por
tubo, cuando en realidad cuesta ocho. Llévate la lana que quieras pero cumple
con la obra. Cómo es posible que ya se esté haciendo la obra y ahora salgan con
que no hay dinero. Mira, pido una suspensión de la obra, que se revise. “Mira,
si tú haces eso, me llevo la pobra a otro lado, hago una asamblea y digo que
por tu culpa me la llevo, me estás faltando al respeto y me la llevo”. Pues
tómalo como quieras, a mí el pueblo me
puso para defenderlo, no para estar de acuerdo contigo. Pero muchas veces uno
arriesga hasta el pellejo al hacer eso. Desgraciadamente no hay mecanismos
reales y efectivos donde yo pueda decir: sabes que, el presidente municipal
dijo que costó tanto y no costó eso. “Ah ¿quién fue el que dijo eso?”, no, pues
que Fulano. Aquiétamelo, y en cuanto puedan, aplíquenlo. Que quiero una ayuda
en la comunidad “no, no hay”, entonces muchas veces, para todo: divide y
vencerás, que es lo que han hecho los partidos. “Estamos en el poder, cada
quien tiene sus allegados, los que realmente se van a beneficiar, y los otros
no existen porque no me apoyaron”. Por desgracia la gente, cuando llega a
presidente o llega a diputado, se comporta así. (Instructor Cesder Moisés
Ramírez Zambrano)
Problemas principales
El principal problema para la gente que se dedica a la elaboración
de artesanías son los recursos económicos, es gente que se autoemplea y ahí
generan cierto ingreso para mantener las familias. A veces se dificulta cuando
viene el cambio de clima, se nubla y ya no se puede trabajar, se estanca la
producción; después de eso, como que ya se saturó mucho el mercado de artículos
de barro, y eso hace que ya los precios anden muy por debajo de lo que debe de
ser su costo normal. Porque se va uno a vender precisamente en lo que llamamos
bodegas, hemos visto que llegan a ofrecer el producto y no se la compran a uno.
Inclusive hay aprovechados que les dicen: “déjamela y te la pago a tanto”, o
“déjamela y te la pago en quince días”, lo que es un problemas para el alfarero
porque ya no tiene ingresos, ya no les llega, hasta los ocho días, si les va
bien les paga, sino nada. Eso es el problema más grande, vemos que el mercado
se saturó de esa artesanía. (Presidente Auxiliar de San Miguel Tenextatiloyan,
Bulmaro Iglesias Contreras)
4) Manuel Luna Angoa, "Cambio sociocultural,
innovaciones tecnológicas en grupos domésticos dedicados a la alfarería, San
Miguel Tenextatiloyan. 2010-2013" BUAP, Colegio de Antropología Social. 2011, p. 4
5) Ibid., p. 4
6) Ibid., p. 7
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