Nada,
en lo que constituye la memoria, sobra o estorba, su bagaje incrementa el
sentido y la responsabilidad social de los ciudadanos, ilustra sobre nuestros
defectos e ilumina las virtudes de un pueblo que, como el nuestro, está urgido
de antecedentes positivos y de optimismo social.
La entrevista es un producto intelectual, un producto
de conocimiento. La fuente oral es la memoria, que tiene un carácter subjetivo
y tendencia a interpretar la historia más que a reflejarla. La clave de la
oralidad radica en encontrar sentido no solo a lo que la gente dice, también a
lo que calla, lo que mantiene oculto o mira de soslayo.
La oralidad indaga sobre las representaciones sociales
del amor, la pareja, la niñez, la sexualidad, la familia, el honor o el gusto,
tratando de verificar y explicar sus transformaciones. Ofrece a la historia de
la sociedad la posibilidad de comprender las experiencias, valores y gustos, de
conectar aspectos simbólicos e imaginarios con las condiciones materiales y
relaciones sociales.
La Oralidad es un territorio discursivo y político que da sentido a los
debates, a las reivindicaciones, a las políticas afirmativas y,
consecuentemente, a la transformación social. La oralidad presupone un espacio
de democracia y debe ser capaz de elaborar proyectos útiles a la sociedad, como
la inclusión social basada en la expresión de la memoria y la identidad
grupal.
El testimonio, más que una imposible objetividad,
busca apreciar una polifonía de interpretaciones posibles, procedentes de
nuestras observaciones: rostros, personas, espacios, grupos, barrios o
ciudades. La literatura testimonial debe construir su difícil camino entre el
objetivismo y el subjetivismo.
El resultado no es una memoria bruta, sino una memoria
formalizada por el escritor, lo que impone que este actúe no solo como
científico, sino como un artista que, en palabras de Pierre Vidal Naquet,
creará “una historia-memoria, obra de investigación, obra de arte”.
Las fuentes de la oralidad son fuentes narrativas; por
lo tanto, su análisis requiere de una combinación de herramientas analíticas y
perspectivas teórico-metodológicas de otras disciplinas como la crítica
literaria, la antropología, la sociología y la psicología.
Foto de Tzicatlacoyan, Pue. del autor
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