sábado, 16 de febrero de 2019

Esas son nuestras dificultades


Es agosto de 2012 entrevisto a la licenciada Edith Mendoza Barrera en Mixquiahuala de Juárez, Hidalgo, sobre su trabajo en un programa de la SEP llamado PRONIM, para hijos de migrantes laborales; miles de familias que viajan por temporadas a las cosechas de ajo y sandías en campos de Sonora, Chihuahua, Sinaloa y La Laguna, ejecutado por la de Dirección Nacional de Educación indígena, donde la joven profesionista trabaja de maestra de preescolar. Edith es bióloga de profesión, tiene ocho años practicando el magisterio en estos grupos tornadizos de niños que, en ciertas circunstancias, como me platicó una maestra en la sierra norte de Puebla, “no saben ni tomar un lápiz”. Le pregunté a Edith cuál era el reto de su encargo, cómo era trabajar con estos niños obligados a laborar en el campo jornadas de adultos para contribuir a la difícil situación económica de sus familias. Hay estados que lo prohibían ya entonces a los menores de 16, Hidalgo no era uno de ellos.


El reto es trabajar con los niños, es el principal reto, porque ellos vienen aquí con ganas de estudiar, sí, pero también vienen a trabajar; los que están aquí trabajan en la mañana, se van con sus papás a trabajar al campo, entonces es el principal reto, adaptar las clases al poco tiempo que ellos permanecen aquí.

Por ejemplo, ahorita no han llegado todos (al salón de clase), son las cinco de la tarde, solo tengo una niña y ahorita van llegando apenas, hay que adaptar la enseñanza a sus tiempos. La clase normal de una escuela regular se tiene que dar en el tiempo reglamentario, como debe de ser, aquí la clase debe ser más corta, las actividades más cortas y más lúdicas. Sobre todo. Porque si nos ponemos nada más a leer toda la tarde, a trabajar, hasta sueño les da, entonces tienen que estar activos para que puedan aprender.
Aquí en preescolar se enseñan las competencias básicas, lo que es aprender a conocer los números, a conocer los colores, bueno, a resolver problemáticas pequeñas. Por ejemplo, por qué llueve, ver de dónde viene el agua, la forma, los colores, conocer los números, obviamente no todos, nada más del uno al diez, lo que es conocerlos y saber leer las cantidades.

Gente recia

Ellos vienen de los estados de Guerrero y de Morelos, de la sierra, generalmente tenemos aquí de lengua náhuatl y mixteco, las dos. En algunas pocas ocasiones han llegado tlapanecos. No conozco nada más que palabras que ellos nos van diciendo, ellos nos dicen palabras y nosotros las vamos escribiendo. Los papás son gente humilde pero de carácter fuerte, gente recia, porque ellos son... así, no les gusta que los engañen, que les mientan, como que crearon un mecanismo de defensa. Por ejemplo, al principio hasta nos dicen otro nombre, porque es un mecanismo de defensa y nos dicen el verdadero hasta que tienen más confianza, ya cuando nos conocen. Yo creo que porque vienen de la sierra donde mucha gente trata de abusar de ellos; de que, como los ven así humildes, como que los ven menos, indígenas, por eso son así. Por ejemplo, si ellos le ofrecen un taco y usted no se los acepta se lo toman a mal, parece que para ellos es un insulto el que les está haciendo, entonces si usted se adapta a ellos, a su manera de ser, si le convidan algo y lo acepta, van teniendo confianza con usted. Ahora ya conocemos a varios que vienen aquí, o cuando vamos de visita a algún otro campamento encontramos también gente que ya ha venido aquí. Igual los niños, que son muy cariñosos, nos abrazan, nos saludan. Les tienen respeto a sus papás, ellos todavía están formados a la antigua, de que deben respetar a papá y lo que papá dice: es. Sin embargo, no vemos signos de maltrato evidentes, los regañan y eso, pero que lleguen golpeados o adoloridos no, de hecho los procuran mucho, los cuidan mucho. Hace poco llegaron aquí unos húngaros y a ellos les da miedo esa gente, dicen que se roban a los niños. Entonces durante dos semanas más o menos, que estuvieron ellos, venían por sus niños porque les daba miedo; y los niños igual, ni siquiera querían salir al recreo porque había gente ahí afuera que se los quería robar.


Un problema es el tiempo, hay días que trabajan (en la cosecha) y no vienen a la escuela, lo que es de mayo a octubre, o que siembran; entonces, aparte de eso, el tiempo que le dedican al estudio a veces es nada más de una hora, y en esa hora hay que darles un tema. En el caso de la primaria, por ejemplo, podemos tener nueve de segundo año, pero dos van en primer módulo, tres en segundo módulo, cuatro en tercero, estamos hablando de un solo grado que llevan diferentes módulos. Ahora, los que tienen tres grados o cuatro grados, con cinco módulos de cada grado… Entonces hay que planificar clase todos los días porque los niños están en diferente situación, y ellos también, trabajan todo el tiempo. Es complicado, pero nos hemos ido adaptando.

Ahorita tengo bastante material. Antes estábamos mal, hace ocho años que yo entré estábamos muy mal, yo lo que hacía a veces era romper los lápices en dos, partir las gomas en cuatro para repartirlas; los lápices no se los llevan, aquí los dejan, y cuando se pierde uno pues hay que darles otro, pero de preferencia los dejan aquí. Y pues, de un tiempo para acá la coordinación comenzó a dotarnos de material. Pero sí sufrí de material. Como yo trabajo en la mañana en escuela regular, pues a veces los colores aparecen ahí tirados, que papel bond que no ocupamos pues lo traemos para acá. En las mañanas yo doy en primaria, y lo que sobra allá lo traigo para acá, para que no impacte el bolsillo de las maestras, porque hasta eso, a veces tuvimos que comprar. Los libros de texto igual, tenemos bastantes. No tenemos libros especiales, trabajamos con libros de texto normales, nos adaptamos de acuerdo a las guías, pues trabajamos con las guías Pronim. Anteriormente sí estaban adaptados los libros, pero con la nueva reforma pues, obviamente que no, tenemos que adaptarlos.

No los ven bien

Tenemos la dificultad ahorita en este campamento de los sanitarios; anteriormente el delegado nos prestaba la parte de allá, o sea nos daba la llave para poder entrar a los sanitarios, pero de algún tiempo para acá lo han estado ocupando los adultos mayores y como que son medio… delicados, son personas mayores que tienen  una especie de organización donde les dan clases, talleres, les dan de tejido, de cocina, ahorita está lo de plantar huerto. Ellos usan los baños y todo el inmueble y los baños… y como que dicen no, no les prestamos los baños, no quieren a la gente porque los ven sucios. Toman agua de la llave, pero eso no les afecta, ellos están acostumbrados a tomar agua de ahí y no se enferman; a andar descalzos y no se enferman, pero la gente de aquí no los ve bien. Y son bastantes niños, tenemos ciento seis alumnos que ahora tienen que ir allí atrás, a lo que son las milpas, en la parte de allá atrás. Los chiquitos van entre dos o tres. En grupo para cualquier cosa, aunque se supone que es una comunidad donde no hay tanto peligro, pero igual van dos, tres niños. Sí, una prioridad son los sanitarios.  También la luz, a veces nos la cortan, no sabemos si vamos a tener o no. El problema es de apenas, lo que es este ciclo y parte del anterior. Esas son nuestras dificultades que tenemos ahorita aquí.

Buena educación

Satisfacciones: el ver a los niños que anteriormente su máximo que tenían ellos era ser capitán de cuadrilla, capitán de cuadrilla, la gente que los trae a trabajar, entonces ahorita ya sus aspiraciones son  más, muchos de los alumnos que ya salieron de sexto, vienen  a visitarnos, nos apoyan; por ejemplo, ahorita vamos a tener la tarde mexicana, que es cada año, y nos apoyan los niños a dirigir los programas, niños que ya salieron pero que continuamente están aquí, pues aquí no damos secundaria, pero ellos quieren seguir estudiando, no quieren ser nada más jefes de cuadrilla, quieren algo más. Ellos rentan casas, están regados por toda la comunidad de Palmilla, viven por un tiempo aquí, lo que es de mayo a agosto,  se van a otros lados. Ahorita nos llegó un niño igual, que ya salió de sexto y se fue a Morelos. Ahorita ya terminó la secundaria pero ya no alcanzó a inscribirse y viene a tomar clases con nosotras. Dice que viene a apoyarnos, a seguir aprendiendo, aunque él sabe que, pues, ya sabe lo que podemos enseñarle, pero viene todavía, se pone a jugar con los niños.

La educación que damos es buena. Yo creo que ellos están adaptados, si les pone un examen a un  niño de escuela regular y a un niño Pronim, los dos empatan e incluso el niño Pronim podría sacar mejor calificación. Si les llegan a hacer examen Enlace, como les hacen a los niños de escuela regular, yo digo que sí pasarían sin problema. Pero el tiempo en que se hace el examen Enlace es en mayo y en ese momento apenas van llegando los niños, por eso no se les puede hacer. Claro, en un niño de sexto, pues en un niño de primero no ocurriría. Los de primero, cuando entran a primero sí se les dificulta mucho la lectura, matemáticas no, tienen mucha habilidad para ello, por lo mismo de su medio de vida, pero lo que es lectura es lo que más les cuesta, y a veces se van rezagando un poco, pero ya después que ellos agarran su ritmo, cuando comienzan a comprender la lectura, entonces sí son más competitivos, en quinto o sexto; antes es un poco más bajo en la lectura, porque ellos tienen el reto de que hablan alguna lengua, entonces para ellos todavía es más difícil comprender la lectura, por ejemplo, al hablar no lo hacen a la manera en que nosotros hablamos, nos dice “el flores”, por ejemplo, entonces sí es más difícil. Pero ya una vez que lo hacen, ya para ellos es más fácil, sobre todo que tienen mucha habilidad para matemáticas. Ellos cuentan mucho en sus vidas, pero aquí lo viene a hacer de manera más lúdica; y también que en la escuela regular, donde no hay tanto juego como aquí.

No nos rajamos

Debe haber un poco más de recurso, yo creo que si le pusieran un poquito más de atención a lo que es Pronim estaría mejor. Por ejemplo, el sueldo que ganamos aquí es muy… simbólico. Les digo a mis compañeros que trabajamos más que nada por amor al trabajo, porque sí trabajamos a veces más que en la mañana, porque trabajamos hasta sábados; si nos dan curso el domingo pues ahí estamos el domingo; o sea, no nos rajamos como quien dice, y ahí estamos siempre, con los niños igual, trabajando igual, si a veces es necesario venir a hacer algún programa en la mañana aquí estamos, que más temprano, pues venimos antes para llegar más temprano.

Entonces pues yo digo que sería esa parte, de darle más estímulos al programa en sí, ya tenemos material, pero un local propio, porque este es prestado, el terreno, estamos casi invadiendo, como quien dice, parte de lo que es una propiedad que en este caso es de la localidad y cuando ellos digan “ya no los queremos aquí”,  qué vamos a hacer; a mí me tocó trabajar en carpas, donde de repente llegaba el agua y el aire y cada quien en una esquina teníamos que agarrar la carpa para que no se fuera con el aire. Entonces sí, sus propias aulas para que no digan que ya no nos quieren, como nos dijeron con los baños; así estamos ahorita nosotros.


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