Nuevamente
tuve que reflexionar respecto a estas mujeres que se adentran en enormes y
lejanos campos de cultivo, a veces solas, a veces acompañadas de otras
maestras. En Campo Guadalupe del municipio de Guaymas, Sonora, la maestra Brenda
Espinoza Ruiz asumía su compromiso en esa educación tan particular del PRONIM,
que era un programa en 2012 para migrantes que viajan con toda su
familia; van y vienen de otros estados acompañando a sus papás para la pizca de
sandías y ajos, aquí en estos fértiles llanos de la larga costa sonorense. Como
muchas de ellas, Brenda está debidamente preparada porque es licenciada en
psicopedagogía y entonces este era su segundo ciclo en Pronim.
Los
niños llegan en cualquier estado que se pueda uno imaginar: hogares rotos, de
alta marginalidad, que sufren los embates
de la miseria y se ven arrastrados de manera más regular mixtificados con
violencia, drogas, abuso y hambre. Se ven precisadas a investigar sobre la vida
de los niños, de sus padres y en algunas ocasiones hasta obligadas a
intervenir, “adentrarnos muchas veces en la vida del alumno. Y es satisfactorio
que te consideren, aparte de su maestra, su amiga, su mamá. Yo creo que esa es
la satisfacción más grande: recibir el cariño, el afecto de estos niños”.
¿Qué opinas de esta
educación maestra, que es necesariamente incompleta porque los niños se van?
Yo
creo que el reto es educar a esos niños que vienen de diferentes culturas;
vienen niños que, independientemente de que tengamos un solo grado,
prácticamente nuestro grupo se convierte en multigrado, pues nos llegan muchos
niños que no saben leer, escribir; tenemos niños con necesidades especiales
que, sin apoyo especializado, nosotros como docentes tenemos que buscar
estrategias aquí que ayuden a todo el grupo. Ese, yo creo, que es el principal
reto: educar a todos estos niños y tener una buena cobertura que les brinde una
buena educación.
Básicamente se trata de niños
solos, a veces sin el idioma español.
Estoy
con cuarto grado, ahorita no tengo ningún niño que hable alguna lengua, el
ciclo pasado tuve uno que hablaba mixteco, pero hablaba muy bien el español,
dominaba los dos idiomas. Ahorita tengo niños de Guerrero, Veracruz, Sinaloa y
otros de aquí de Sonora. Ellos son niños que acompañan a sus padres que vienen
a trabajar aquí al campo, principalmente a la pizca de lo que es chile, melón y
sandía. Son niños que prácticamente pasan solos todo el día. Uno se convierte,
aparte de su maestra, también se convierte en su mamá, pues estamos aquí. Tengo
la oportunidad de quedarme aquí en el campo y tengo mucha cercanía con ellos,
pues aparte del aula pasamos mucho tiempo con ellos también. Tienen mucha
necesidad de afecto, mucho cariño, mucha atención y se acercan con nosotros, no
solo buscando que les demos conocimiento, aprendizaje, sino también afecto y
compañía. Hay niños que, por supuesto, como en cualquier grupo y en cualquier
escuela regular, son muy inteligentes; hay otros que, independientemente de
esto, tiene problemas en casa, problemas económicos, lo principal, pero también problemas familiares, que
nosotros también estamos ahí para ayudar a resolverlos.
Yo
creo que el principal obstáculo son los papás; a veces confunden esto con una
guardería, de mandar a los niños a que los cuiden “mientras yo voy trabajar”.
Este es un obstáculo que hemos tenido, concientizar a los papás de esto: la
falta de compromiso de los padres para con nosotros y para con los niños, para
ver que se desarrollen bien y tengan metas, que no estén truncando su educación
o que tengan una meta muy limitada, sino ampliar su conocimiento y sus metas
también.
Cómo enfrentar los problemas
que traen, a veces muy difíciles
Tienen
problemas que nosotros tenemos que investigar, desarrollar y también adentrarnos muchas veces a la vida del
alumno. Y es satisfactorio que te consideren, aparte de su maestra, su amiga,
su mamá. Yo creo que esa es la satisfacción más grande: recibir el cariño, el
afecto de estos niños.
¿Con estas herramientas,
cómo haría usted para mejorar esta educación especial, maestra?
Yo
creo que lo deseable es que hubiera una mayor cobertura, se está trabajando en
eso pero, pues, que haya más cobertura para esos niños; que haya más atención,
que tengan mayores servicios, tanto la comunidad como el área también escolar;
más servicios a educación; a los maestros más preparación, yo creo que eso
sería. Estamos muy contentos de estar en el programa como maestras y la
comunidad también está muy contenta de que estemos aquí, que los niños estén
asistiendo a clases, que tengan esa oportunidad.
Muchas gracias.
A
usted.