jueves, 22 de agosto de 2019

Algo con qué defenderse


El profesor Horacio Echevarría nos condujo por caminos de terracería en las cercanías de Janos, veníamos de Nuevo Casas Grandes, donde habíamos pernoctado. Era septiembre de 2012.

Hasta acá viajan las familias de Guerrero, Oaxaca y Chiapas a los diferentes campos como el que visitamos ese día llamada Colonia Fernández Leal,  a la pizca de chile, cebolla y otras cosechas, pronto irán a Sinaloa a la pizca del tomate.

La diferencia entre las distintas coordinaciones estatales y regionales reside en que muchas veces carecen de ideas y son burócratas estacionados en la comodidad de sus quincenas muy pendientes del escalafón, del aplauso al licenciado en turno y de la improbable visita del coordinador nacional. O, como es el caso de Chihuahua, la responsabilidad cae en blandito cuando es encomendada a la persona ideal para llevar a cabo la tarea: Horacio Echeverría, pima –según él–, maestro, político, emprendedor, visionario; tal vez un atrevido, un loco, un soñador que lleva a cabo fantasías promisorias, inimaginables en otras circunstancias.

La señorita Yesenia Grajeda Verdugo me recibe en su escritorio del aula vacía, tiene tres meses participando con el Profe Echevarría, en la colonia Fernández Leal, del municipio de Janos, Chihuahua…


… desde mayo, soy docente de primero de primaria con 67 alumnos. El reto que yo enfrento con a mis alumnos es transmitir un conocimiento, que ellos se vayan a una formación más adelante para que no anden trabajando en los campos, para que estén bien educados y transmitan un buen conocimiento a la sociedad. Yo lo que enfoco como docente en el alumno es la lecto-escritura y matemáticas, es lo que se enfoca más en un alumno: que aprendan a escribir, a sumar, a leer, para que por lo menos tengan algo con qué defenderse en la vida.

Mis niños vienen de Guerrero, viajan por diferentes campos y ellos vienen aquí a Colonia Fernández Leal  a la pizca de chile, cebolla y diferentes cosechas.  La mayoría de mis alumnos sí trabaja, las clases normalmente empiezan a las cuatro de la tarde y salen a las ocho y media de la tarde. Muchos de mis alumnos vienen en una condición precaria, podría decirse que cansados, con mucha hambre, sueño y, pues, algunos no llegan en condición de asistir a la escuela; así es como ellos vienen al salón.

Estuve cubriendo interinato en la escuela Porfirio Talamantes en Janos, y hay mucha diferencia entre los alumnos de las escuelas regulares y los de aquí, porque en las primarias regulares los padres sí ponen mucha atención, asean a los niños y, pues, precisamente se enfocan en ellos. Y en estos niños hay mucha diferencia, porque son niños de campo, porque no tienen a alguien que les ponga atención.

Nosotros tratamos de ayudarlos apoyándolos, preguntándoles qué es lo que ellos necesitan para, pues, solventar todos esos problemas que ellos tienen; y controlándolos, poniéndoles bastante atención, porque de hecho se necesita bastante atención con estos niños; afecto, un tipo de cariño muy especial.

Algo debe tener

Es una gran experiencia para mí formar parte de la docencia con estos niños, formar parte del programa de Pronim, no tengo palabras para explicarlo, qué es el afecto que yo les tengo a estos niños. Tenía un niño que se llama Emiliano, ahorita está con otra maestra. Emiliano es un niño muy, muy sensible, él todo el tiempo –no sé si será algo psicológico–, pero todo el tiempo está con su manita en la boca, porque tiene vergüenza frente al grupo. Él toma toda la clase con la manita en la boca, no sé por qué. Yo quisiera saber y especializarme para saber qué es lo que tiene ese niño, no se deja que lo miremos. Debe tener algo en la boquita.

Algunos niños sí muestran signos de maltrato, porque sus papás son muy estrictos. Por ejemplo, los quieren nada más tener trabajando y no les gusta que ellos estudien. Nosotros vamos y les decimos: mire, señor, somos de tal programa y venimos para que su niño estudie, para que sea alguien en la vida, para que no ande trabajando en los campos. Y es como así lo animamos al señor, porque de su propio gusto los niños no estarían aquí.

Hay muchos niños a los que les gusta estar aquí, lo nota uno por su asistencia. Mi principal problema en lo que yo me enfoco es a que el niño entre con ganas de estudiar, que motivemos al grupo para que el grupo aprenda; fundamentalmente no en hacer una larga planeación, sino en una actividad de juego para que ese aprendizaje se quede más en ti, para que el niño aprenda más. Mi método como docente es practicar los juegos y con mucho material que el profe Horacio nos brinda.

Muchas gracias.


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