El profesor Horacio Echevarría
nos condujo por caminos de terracería en las cercanías de Janos, veníamos de
Nuevo Casas Grandes, donde habíamos pernoctado. Era septiembre de 2012.
Hasta acá viajan las familias
de Guerrero, Oaxaca y Chiapas a los diferentes campos como el que visitamos ese
día llamada Colonia Fernández Leal, a la
pizca de chile, cebolla y otras cosechas, pronto irán a Sinaloa a la pizca
del tomate.
La diferencia entre las
distintas coordinaciones estatales y regionales reside en que muchas veces
carecen de ideas y son burócratas estacionados en la comodidad de sus quincenas
muy pendientes del escalafón, del aplauso al licenciado en turno y de la improbable
visita del coordinador nacional. O, como es el caso de Chihuahua, la
responsabilidad cae en blandito cuando es encomendada a la persona ideal para
llevar a cabo la tarea: Horacio Echeverría, pima –según él–, maestro, político,
emprendedor, visionario; tal vez un atrevido, un loco, un soñador que lleva a
cabo fantasías promisorias, inimaginables en otras circunstancias.
La señorita Yesenia Grajeda
Verdugo me recibe en su escritorio del aula vacía, tiene tres meses
participando con el Profe Echevarría, en la colonia Fernández Leal, del
municipio de Janos, Chihuahua…
…
desde mayo, soy docente de primero de primaria con 67 alumnos. El reto que yo
enfrento con a mis alumnos es transmitir un conocimiento, que ellos se vayan a
una formación más adelante para que no anden trabajando en los campos, para que
estén bien educados y transmitan un buen conocimiento a la sociedad. Yo lo que
enfoco como docente en el alumno es la lecto-escritura y matemáticas, es lo que
se enfoca más en un alumno: que aprendan a escribir, a sumar, a leer, para que
por lo menos tengan algo con qué defenderse en la vida.
Mis
niños vienen de Guerrero, viajan por diferentes campos y ellos vienen aquí a
Colonia Fernández Leal a la pizca de
chile, cebolla y diferentes cosechas. La mayoría de mis alumnos sí trabaja, las clases normalmente
empiezan a las cuatro de la tarde y salen a las ocho y media de la tarde.
Muchos de mis alumnos vienen en una condición precaria, podría decirse que
cansados, con mucha hambre, sueño y, pues, algunos no llegan en condición de
asistir a la escuela; así es como ellos vienen al salón.
Estuve
cubriendo interinato en la escuela Porfirio Talamantes en Janos, y hay mucha
diferencia entre los alumnos de las escuelas regulares y los de aquí, porque en
las primarias regulares los padres sí ponen mucha atención, asean a los niños
y, pues, precisamente se enfocan en ellos. Y en estos niños hay mucha
diferencia, porque son niños de campo, porque no tienen a alguien que les ponga
atención.
Nosotros
tratamos de ayudarlos apoyándolos, preguntándoles qué es lo que ellos necesitan
para, pues, solventar todos esos problemas que ellos tienen; y controlándolos,
poniéndoles bastante atención, porque de hecho se necesita bastante atención
con estos niños; afecto, un tipo de cariño muy especial.
Algo debe tener
Es
una gran experiencia para mí formar parte de la docencia con estos niños,
formar parte del programa de Pronim, no tengo palabras para explicarlo, qué es
el afecto que yo les tengo a estos niños. Tenía un niño que se llama Emiliano,
ahorita está con otra maestra. Emiliano es un niño muy, muy sensible, él todo
el tiempo –no sé si será algo psicológico–, pero todo el tiempo está con su
manita en la boca, porque tiene vergüenza frente al grupo. Él toma toda la
clase con la manita en la boca, no sé por qué. Yo quisiera saber y
especializarme para saber qué es lo que tiene ese niño, no se deja que lo
miremos. Debe tener algo en la boquita.
Algunos
niños sí muestran signos de maltrato, porque sus papás son muy estrictos. Por
ejemplo, los quieren nada más tener trabajando y no les gusta que ellos
estudien. Nosotros vamos y les decimos: mire, señor, somos de tal programa y
venimos para que su niño estudie, para que sea alguien en la vida, para que no
ande trabajando en los campos. Y es como así lo animamos al señor, porque de su
propio gusto los niños no estarían aquí.
Hay
muchos niños a los que les gusta estar aquí, lo nota uno por su asistencia. Mi
principal problema en lo que yo me enfoco es a que el niño entre con ganas de
estudiar, que motivemos al grupo para que el grupo aprenda; fundamentalmente no
en hacer una larga planeación, sino en una actividad de juego para que ese
aprendizaje se quede más en ti, para que el niño aprenda más. Mi método como
docente es practicar los juegos y con mucho material que el profe Horacio nos
brinda.
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