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Presentación

La ENAH

Titubeé en ponerle a este blog un nombre irresistible para mí: el Origen de las pasiones colectivas, una frase de Miguel Othón de Mendizábal que para mí define la nebulosa relación de los mexicanos con “su” problema antropológico. Así había llamado a mi tesis de licenciatura sobre este autor y es un concepto que me encanta, pero para un blog resultaría simplemente ridículo, pues mi intención al preparar esta publicación en línea es ayudar a los estudiantes de antropología mexicana a entender ciertos tópicos que por muchas razones les son escamoteados durante la carrera. Al menos lo fueron para mi generación (80s), donde no tuvimos la “oportunidad” de conocer autores fundacionales o indispensables en la relatoría crítica del indigenismo mexicano en el siglo XX. La antropología mexicana en la carrera de Antropología Social de la ENAH la pasamos de ladito con las clases muy ligeras de un maestro peruano, Ricardo Melgar, que era un sujeto bien intencionado pero a mi juicio poco preparado para asumir la parte sustancial de nuestra carrera: la discusión indigenista. Así y todo, en voz baja, susurrante, como era su costumbre, fue él quien me recomendó leer un desaparecido librito crítico llamado Eso que llaman antropología mexicana.

Entonces no puedo poner un nombre tan ambicioso a este modesto blog, el origen de las pasiones colectivas, porque intentar describir ese origen –que sí fue una tarea que se autoimpuso Mendizábal-, es una tarea tan vasta que sólo el enunciarlo resulta, como dije, ridículo. Nadie que yo sepa está en condiciones de explicar o describir el origen de esas pasiones, iniciadas en la noche de los tiempos prehispánicos, sofritas en el periodo colonial y servidas al escabeche en el México independiente. La ensalada étnica indoeuropea que resultamos ser los moradores de este fascinante país, insondable y profundo que, paradójicamente, merece más desprecio que atención del mexicano.

El sentido común me indicó que lo llamara así: de Antropología mexicana, porque no pretende agotar ningún tema sino tomarlo como un block de notas que ventila temas que los estudiantes deben discutir; un blog de divulgación con una visión relativamente general y dispersa que puede resultar decepcionante a más de un estudioso de la antropología que encuentre en estas páginas una visión superficial, inacabada, eventualmente especulativa y con errores de interpretación, que súbito asumo con la humildad de un aprendiz. Me mueve la buena voluntad de numerosos representantes de la antropología mexicana que vieron en el interior de su disciplina oscuros mecanismos de manipulación y control étnico en las diversas regiones culturales de México, como Mendizábal, Sáenz, De la Fuente, Warman, Bonfil, Nolasco, González Casanova, Olivera, Valencia, los Bartra, Florescano, Stavenhagen, Villoro y tantos otros que, antropólogos o no, han contribuido con las preguntas pertinentes de la antropología, como Octavio Paz, Fernando Benítez o Ricardo Pérez Monfort.

Hace mucho tiempo me he desligado de la academia, es decir, de los salones de clase de antropología, sé que estos temas van a interesar a los estudiantes e interesados en la antropología mexicana, un ejercicio de divulgación dedicado a la memoria del maestro Miguel Othón de Mendizábal, que una vez soñó con hacer una síntesis sobre los pueblos originarios que mostrara a los mestizos mexicanos las virtudes de esas culturas, tan desconocidas a la vez que propias, pues les pertenecen a los mexicanos como parte de su pasado, al menos en una mitad, pero como que ha decidido no saber de ellos. No sé qué hubiera pensado Mendizábal del Internet, ya que ni siquiera conoció la televisión, pero estoy seguro que la idea le habría encantado.

Foto El Economista

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Comentarios

  1. Buena idea hacer este blog.
    Estamos al pendiente... nada más déjame ponerme al corriente con las lectura y todo.
    Saludos.

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  2. Virginio, gracias, échale un ojo, yo le eché uno a tu blog y quedé muy apantallado. Gracias.

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