Ir al contenido principal

Antropología visual, definición


1:
La antropología visual es una herramienta de la antropología social que se basa en imágenes animadas como instrumentos para la observación, descripción y análisis de la realidad humana. Es un complemento al trabajo etnográfico, distinto a otros como puede ser la descripción escrita.

La antropología visual agrupa tres tipos de actividad: a) la investigación etnográfica basada en el uso de técnicas de registro audiovisuales, b) el uso de esas técnicas como medio de escritura y publicación, y c) el estudio de la imagen en sentido amplio.
También llamada cine etnográfico o documental etnográfico, la antropología visual inició su andadura justo cuando el cine hizo su aparición a finales del siglo XIX y se ha servido de ese medio, como de muchos otros, para lograr sus objetivos.

2:
La antropología visual es una metodología que registra, describe y analiza las producciones simbólicas de las sociedades, diferente a los documentales de corte antropológico, pues aquella utiliza los medios audiovisuales para hacer Antropología, para elaborar un estudio etnográfico. La Antropología Visual sería una investigación antropológica con medios audiovisuales, en tanto que el documental es una obra que puede contener rasgos antropológicos.

3:

Cabe preguntarse si acaso existe la Antropología Visual, si no es una posibilidad estrictamente teórica, porque a final de cuentas lo que tenemos de antropología en medios audiovisuales son documentales, los documentales de cine y televisión que trabajan sobre vagos conceptos de la teoría antropológica

El sentimiento general sobre la AV es que la academia antropológica nunca ha visto con mucho interés la producción audiovisual, siempre le ha tenido cierta desconfianza, y el procedimiento general ha consistido en utilizar los medios audiovisuales como mera ilustración colorista del discurso de autor. Porque los antropólogos no serán cineastas, pero se consideran autores por derecho propio.

Traza histórica de la "Antropología visual"

El “otro” se convierte en una imagen. Antropólogos como Franz Boas, Margaret Mead o Gregory Bateson emplearon la cámara para el análisis etnológico, pero el documental antropológico profesional se consolidó con cineastas que registraron diversas realidades como S. M. Eisenstein, Leni Riefensthal, Dziga Vertov, Félix-Louis Regnault o Robert Flaherty con visiones particulares sobre los pueblos primitivos.

Robert Flaherty hace el primer trabajo con una metodología antropológica mediante un contacto íntimo con los filmados. Como Malinowski piensa que es fundamental convivir con ellos y para que ellos mismos hablen. En cierta forma termina con el imaginario colonial. Parte de la reseña de Wikipedia ofrece un resumen breve y sustancioso sobre el tema:

“Ahora existe una suerte de remordimiento por estar destruyendo tales culturas, se presenta al esquimal ejemplar, pero no se habla de un esquimal en concreto, ni tampoco habla con él, no le da la palabra, sólo le preocupa la dimensión material de la cultura. La gente, en principio, sólo forma parte del decorado.

Desde los años cincuenta la conciencia de la subjetividad de las imágenes obliga a los estudiosos a abandonar la ingenuidad inicial que entendía que éstas eran un reflejo objetivo y veraz de la realidad. La imagen audiovisual deja de ser entendida como una copia fidedigna de la realidad y comienza a ser vista como una reconstrucción, e incluso como una interpretación.

Jean Rouch en la posguerra es quien reivindica la imagen como elemento fundamental en una investigación antropológica, con interés específico, un lenguaje y una metodología emancipados de su mero uso ilustrativo. En la película etnográfica ya no interesa sólo aquello que se muestra, sino también quién y cómo lo muestra.

Se advirtió que a los protagonistas de los documentales antropológicos no se les daba voz, se oían sus cantos, sus oraciones, los ruidos de sus actividades, pero no se les preguntaba acerca de sus puntos de vista. Se pretendía que la imagen fuera entendida como la realidad.

Las reflexiones que se derivan de esta perspectiva son simples y lógicas: el contexto en que se rueda una escena no es el mismo en el que luego son vistas las imágenes. Es decir, las imágenes no hablan por sí mismas y es necesario, en aras de una limpieza argumental, contextualizar las imágenes para el espectador. Tan simple como pensar en que los elementales planos elegidos por el investigador son aquellos que personalmente considera importantes, pero no tienen por qué coincidir con lo que los sujetos filmados puedan, a su vez, creer que son importantes. Dziga Vertov señaló que las imágenes no son un catálogo de la realidad, sino su interpretación. De ahí la importancia que Vertov da al montaje.

Autores como Richard Leacock, Donn Alan Pennebaker o David Maysles van a buscar una mayor proximidad con los filmados. Ahora no hay voz en off. Se busca evitar todo tipo de interpretación, eliminar cualquier dirección o influencia en la acción y captar así la realidad espontáneamente. El “cine observacional” busca captar toda la realidad posible, sin embargo, olvida que el montaje es necesario para contextualizar aquello que, al ser grabado, está siendo sacado de su contexto, por lo que sigue sin garantizar la deseada objetividad.

El “Cinema verité” rueda el encuentro entre la cámara y la realidad, graba así la nueva realidad que provoca. Jean Rouch, filmado en colaboración con el filósofo Edgar Morin, busca aprovechar la inevitable subjetividad de forma positiva. La observación del “Otro” sólo es posible cuando éste deja de ser un objeto para ser un sujeto que habla, desea, se expresa y participa, pues ante todo es una persona. El objetivo es acompañar a los otros en sus vidas, compartir sus experiencias, sumarse a ellos.

Irrumpe posteriormente el “Cine reflexivista”, que trata de invertir la mirada: explicar qué es lo que ha llevado a construir ese texto, desde qué punto de vista se ha hecho. Las sociedades representadas no son sino construcciones de la mirada que las crea.

La autoetnografía intenta salvar este escollo dando a los mismos nativos la tecnología necesaria para que ellos mismos se expresen. Este cine de los años 70 exige una militancia política, es exigente y reflexivo y va a promover que los antiguos observados creen sus propias películas ofreciendo sus puntos de vista.

En los años 80 el Deconstructivismo ataca las bases mismas de la Antropología. Se cuestiona toda autoría y se reivindica que el discurso científico, presuntamente objetivo, obedece a una ideología concreta. El documental es un procedimiento más con su propia retórica. Se reconoce primero la subjetividad del autor para después tomar conciencia de la existencia de múltiples puntos de vista.”


Foto: Islas de Andamán, elpaís.com 

Comentarios

Entradas populares de este blog

San Miguel Tenextatiloyan y la Historia. PARTE 1

En 2011 tuve la experiencia de trabajar en un proyecto de Sergio Mastretta para hacer un levantamiento testimonial en la población alfarera de Tenextatiloyan en el umbral de la Sierra Norte de Puebla. Durante 10 meses hicimos decenas de entrevistas para entender el proceso de la alfarería de uso doméstico tradicional e hicimos un informe muy parecido a uno libro testimonial que terminó en el escritorio de nuestros empleadores (en una dependencia federal), que entonces estaban   muy interesados pero que súbitamente dejaron de estarlo porque les quitaron el puesto y se olvidaron de su interés, como suele suceder con las “pasiones” oficiales en este país. Me tocó investigar y redactar la parte histórica de la región, algo que me llevó hasta el preclásico tardío, como nos suele suceder a quienes no tenemos intereses tan esporádicos. Aquí la historia antigua de este entrañable rincón en donde los mexicanos, y en particular los poblanos, se han surtido de cazuelas y jarritos a lo largo...

Los trajes femeninos tradicionales de Puebla

Nahuas de Cuetzalan, Puebla Los domingos por la mañana la plaza de Cuetzalan, desierta entre semana se llena de puestos y ruido. Bajo la torre del reloj, a la sombra de las palmeras, en las anchas escalinatas, se sientas las mujeres nahuas, que vienen al mercado a vender verduras, guajolote, fruta y cal para las tortillas. Las mujeres llevan una blusa de escote cuadrado, con bordados al pasado rojos, azules o negros alrededor del cuello y de las mangas. Las mujeres llevan enredo, hecho con dos lienzos, que llega al tobillo; lo pliegan en un solo tablón atrás, del ancho de las caderas y en cuatro tablas más pequeñas que se encuentran enfrente, usan enredos que sujetan en la cintura por medio de un cinturón de lana roja con dibujos geométricos. Usan un huipil de encaje, adornado con una cucarda de listón azul o morado igual al listón que bordea el escote. Las mujeres de Cuetzalan utilizan un enorme tocado que en días de fiesta alcanza 50 cm. de alto, hecho con estambres de l...

Malinowski y el método etnográfico

Llamado padre de la antropología moderna, Bronislaw Malinowski (1884-1942) se tomó su tiempo para crear una metodología del trabajo de campo. Lo que dice puede parecer obvio, pero al salir al campo nunca está de más recurrir a sus sensatas recomendaciones. Este es mi resumen. Debe ser ¿cómo hacer? “Los resultados de una investigación científica, cualquiera sea su rama del saber, deben presentarse de forma absolutamente limpia y sincera. “… una descripción exacta de los aparatos utilizados; la manera en que fueron encausadas las observaciones; su número; el lapso de tiempo que le ha sido dedicado y el grado de aproximación con que se hizo cada medida. “… cada investigador debe poner al lector en conocimiento de las condiciones en que se realizó el experimento o las observaciones.” Los tres principios metodológicos “Los principios metodológicos pueden agruparse bajo tres epígrafes principales: a)          el estudio debe albe...