viernes, 2 de noviembre de 2012

Los muertos tutunakú



Las tradiciones definen no sólo el carácter y la personalidad de las comunidades, definen sus creencias más antiguas, sus formas de vida y los elementos más apreciados por esa cultura en particular. En las tradiciones de la Sierra Norte de Puebla sobresalen las flores, las velas o ceras, las coloridas vestimentas, la música de huapango y, claro, como tutunakú orgullosos de sus antiguas tradiciones, el baile de los voladores, cuyo vertiginoso vuelo ha dado la vuelta al mundo en medio de la admiración general. Resaltan la fiesta Patronal a la Virgen de la Asunción, el 15 de agosto; la importante fiesta de Posadas decembrinas, así como las desafortunadas muertes de vecinos, donde es nuestra tradición hacer una ceremonia especial. Así me lo contó doña Delfina Diego Luis mientras me servía el desayuno en su cocina de Ixtepec, Puebla:

“Cuando alguien se muere, lo primero que se hace es buscar a la persona que bañe al difunto, hay personas que se especializan en eso, en bañar al difunto, y luego lo tienden a la mesa, o si ya tiene caja, ya lo echan a la caja. Las demás personas van llevando su ofrenda, que es una cera, un ramo de flores o llevan maíz, azúcar, aguardiente; algunos llevan cigarros. Todos los familiares y los conocidos del difunto. Velan al difunto toda la noche. A cada persona que va llevando su ofrenda le dan de comer. Posteriormente, para ir a sepultar al difunto, el personaje importante de la ceremonia es el padrino o madrina de la cruz.

"Cuando regresan del panteón, la madrina o el padrino, o si son los dos, empiezan propiamente su verdadero trabajo. Tienen que barrer, tienen que poner flores, y durante los nueve días siguientes tienen que estarle cambiando el agua a las flores, ir poniendo flores nuevas, todo en la casa del difunto. Y tienen que invitar a personas que los acompañen al rezo para que se rece durante nueve días.  Ya cuando va a ser el novenario, también la madrina tiene que invitar quiénes lo van a acompañar para a ir a entregar la cruz, y los de la casa tienen que invitar a quienes los van a acompañar para ir a darle el encuentro a la cruz. Tienen que llevar sus velas y el incienso pues hay que sahumar la cruz, juntamente con los padrinos. Ya de ahí, cuando hacen el encuentro, se van a la casa del difunto, velan la cruz en la noche y luego a media noche llevan a la cruz al panteón.

"De regreso de ir a llevar la cruz el panteón llegan a cenar. Es una costumbre que tienen de llevar la cruz de noche. Al otro día los padrinos tienen que ir a pagarle a la rezandera y a llevarle su comida, pues estuvo los nueve días rezando y se le tiene que pagar.”

1 comentario:

  1. La muerte, al ser uno de los mayores misterios de la humanidad, merece también los rituales más complejos y demandantes. A veces me sorprendo mucho de lo que hacen en mi barrio, y eso que vivo en Iztapalapa.

    ResponderEliminar