lunes, 26 de febrero de 2018

Los papás simplemente no saben leer

En nuestra gira por los llanos zacatecanos indagando las necesidades del sistema educativo para hijos de migrantes domésticos, llamado Pronim, recorrimos muchos kilómetros de tierra dominados por arbustos espinosos del municipio de Villa de Cos, en la frontera con san Luis Potosí. Abunda ahí vegetación desértica como mezquites y gobernadora; nopal duraznillo y cardón, huizache, cardenche y algunas palmas pegadas a las veredas donde alguna vez bajó agua, a juzgar por los bancos de arena.

En la primaria 24 de febrero del campo agrícola El Rey, municipio Villa de Cos, Zacatecas, las cosechas de ajo y cebolla están a punto de iniciarse a mediados de abril del año 2012. Nada en estos campos refleja los siete años de sequía ni la polvosa realidad que transitamos apenas unos minutos antes. No canto victoria, la necesidad brota aquí como los tallos verdes de los ajos. Así me lo hace ver la abogada Yadira Becerra Bernal, que además estudia la licenciatura en educación primaria en la UNIVER y hace dos años presta sus servicios en este sistema educativo.

- Primero quiero que me diga por qué anda por acá cuando podría andar litigando en los tribunales de la capital.

“…no sé, yo creo que cuando llegas a un lugar tan apartado de la ciudad y tan diferente, que en  realidad no conoces, el hecho de ver los niños, ver cómo se acercan a ti necesitados de cariño, de comprensión, de atención; el hecho de verlos cómo sienten la alegría, te motiva hacer las cosas por ellos. Son niños migrantes hijos de los que trabajan en los diferentes campos, en los invernaderos, otros sembrando.

“Con los niños de la primaria la dificultad mayor es la migración, con los niños pequeños ¿qué será?, no sé, que muchas veces los papás no les dan el apoyo. Ni la comprensión, ni la ayuda que necesitan los niños. El principal trabajo con ellos es que muchas veces los niños salen de aquí, pero en su casa no se les atiende, muchas veces se quedan con sus hermanitos, los papás trabajan todo el día. Los papás mismos lo dicen: “si no trabajas no comes”, y muchas veces los papás prefieren trabajar todo el día para poder comprar lo que los niños necesitan, a estar ahí con ellos. Es muy complicado. Por ejemplo, muchas veces a los niños de primero les dejo tarea de investigar algo, los niños todavía no leen bien, pero muchas veces los papás no les pueden ayudar porque simplemente no saben leer.

“El año pasado sí recibíamos material ya sea papel, monografías, lápices, cuadernos. El año pasado por lo regular cada dos o tres meses, siempre que se necesitaba, unas cuatro veces al año, a los niños también se les entregaban mochilas con el paquete de útiles integrado, llegaban a través del ingeniero Platón, el coordinador, él venía y entregaba mochilas, cuadernos, material que necesitáramos, material didáctico que igual se va terminando poco a poco, pero sí hubo más apoyo. Este año a los niños no se les ha entregado igual, este año, creo, solo hubo entrega de tenis, nada más, pero fue por la gestión del año pasado que hizo el ingeniero Platón. Los dueños de aquí no participan, los señores aquí encargados, pues nada más nos prestan el terreno para poner las aulas, pero no, de apoyo de material o de algo, nada.  Sí los vemos cuando están trabajando aquí, pero el señor nada más anda con sus trabajadores, no se interesa. Un gran problema que estamos enfrentando nosotros aquí es que tenemos alrededor de 67 niños en las tres aulas y no tenemos baño. Un solo baño no hay. Es un problema para nosotros, principalmente para los más chiquitos, porque iban al “tanque”, pero hace poquito nos informaron que ya no iban a dejar entrar a los niños ahí, y pues es el problema que estamos enfrentando ahorita, porque si ya no los dejan entrar ¿a dónde van a ir los niños? Ahora hacen sus necesidades donde pueden, aparte de que los niños más grandes ya están en una edad en que son adolescentes y no. Ese es el mayor problema que tenemos aquí.  Yo lo que hago con los niños del preescolar es hacer que se acompañen, trato de no mandarlos solos, pero yo diría que es el mayor problema que estamos enfrentando. Hemos hablado con la empresa varias veces y nada. No es un “no” rotundo, pero es un “después”, yo llevo trabajando dos años aquí y las compañeras ya van para el tercer año y nada. Las aulas cuentan con dos baños cada una, pero requieren de fosa, igual nosotros llegamos a pensar en un momento determinado hacer la fosa, pero como las aulas no están situadas donde nos donaron el terreno para hacer la escuela, por razones de seguridad, aquí no se puede. Nuestro terreno es aquí enfrente, frente a la casa de salud, para llevar las aulas ahí necesitaríamos poner al menos malla alrededor, porque pasan las camionetas y es inseguro.  Aquí se hacen responsables los dueños, pero sacándolas allá no se hacen responsables. Lo que se necesita es querer, tener voluntad, compromiso con los niños.
“Se necesita acondicionarla, poner más aulas allá enfrente, hacer los baños, para que los niños tengan mejores condiciones donde estudiar. Pienso que hace falta mucho trabajo, mucho compromiso con los niños, con el programa, falta más interés para sacar esto adelante.”
--- 0 ---

De regreso al polvo de los caminos no dejo de interrogarme acerca de la vocación, que no siempre está emparejada con las oportunidades, y menos con los deseos. Lo que a mí me gana en estas situaciones es la impotencia, porque puedo hacer muy poco por ayudar a resolver el problema de los baños, la cerca que nadie quiere hacer para protegerlos y poder instalar elementales baños para las decenas de chiquillos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario