martes, 15 de mayo de 2018

Que vengan, que se den cuenta


30 de agosto de 2012. La visita a Guanajuato abarcó dos regiones agrícolas relativamente opuestas. Al Jardín de Niños “Juan Amos Comenio”, de Santiaguillo, Municipio de Guanajuato se llega por la Carretera Guanajuato-Puentecillas, en Molineros se toma una terracería hacia Santiaguillo, luego de pasar por los márgenes de la presa de La Purísima, con poco agua, al grado de que se aprecia buena parte de la torre de la iglesia del pueblo que en algún tiempo estuvo en ese lugar donde ahora es agua social. En Santiaguillo se elaboran las canastas para el tradicional empaque de las fresas de Irapuato.

La segunda parte de nuestra visita fue a dos escuelas en el enorme y rico municipio de León, para lo que tomamos la moderna autopista que lo une a la capital del Estado y pasa por la industriosa Silao. Los sistemas de riego a todo tren humedecen continuamente la tierra en la que crecen rozagantes campos de alfalfa, lechuga, jícama, cebolla, sorgo, chile y tomate.

En el Jardín de niños “Juan Amos Comenio” de Santiaguillo me recibe la animosa profesora Azucena Rodríguez Cisneros. Le hago notar que tiene muy bonitas y limpias las instalaciones. Maneja un grupo mixto de infantes y en ese momento es el único sostén de la escuelita.


Soy la única maestra del jardín; también directora, maestra…, bueno, de todo, pero no afanadora, pues las mamás me echan mucho la mano, son muy responsables y me echan la mano. Yo creo que es un trabajo que se ha dado tanto de padres de familia como, bueno, el mío; es una responsabilidad. Gracias a Dios ellos me han echado mucho la mano. Siempre me ha gustado tener un jardín donde se dé un ambiente tranquilo, un ambiente de aprendizaje, entonces yo creo que esto implica mucho, también, no sé, que el aula esté limpia y bonita.

¿Cuántos alumnos tiene, profesora?

Ahorita es un grupo pequeño, tengo nueve niños nada más; sí, son nueve niños. Llevo ahorita, bueno, aquí con este jardín solo dos ciclos escolares, contando este, pero anteriormente he estado en otros jardines. Estaba cubriendo un interinato antes en otra comunidad que no estaban dentro del Pronim, y en los otros jardines, como eran particulares, tampoco están dentro de este programa.

¿Cuáles son los retos con estos niños, maestra, si los papás se van?

El reto yo creo que es prepararme primeramente yo para poderles dar una mejor calidad de educación a los niños, porque sí son niños vulnerables, son niños que de repente, al quedarse con sus abuelitos, se enfrentan a muchas situaciones; entonces este reto consiste en prepararme yo para saber cómo atenderlos, qué aprendizajes necesitan los niños para que al llegar aquí sea un lugar diferente, que sientan ellos ese ambiente y que ese mismo ambiente lo lleven a su casa; que no les afecte tanto el estar a la mejor sin papá, sin mamá.

¿A dónde van sus papás?

Los niños en su mayoría se quedan con sus abuelitos porque sus papás salen a trabajar al norte del país. Por eso entran en escuela Pronim, porque sus padres son migrantes que se dirigen a diferentes partes a trabajar, no sé, a San Luis Río Colorado; tienen diferentes destinos, no nada más es uno, sino que van a diferentes lugares: Caborca; no están en un solo lugar. Era lo que comentaba, les afecta la ausencia por la parte de sus padres. El ciclo pasado tuve un niño que sí tuvo la oportunidad de estar allá, entonces él sí hablaba, por ejemplo, de sus experiencias, de que “cuando nos fuimos a Caborca”, de que “se nos descompuso el camión.” Pero ahorita estos chiquitos están aquí. Ellos no son los que se van. Los papás, a lo mejor, no sé, algún día se los lleven, pueda que no. Ahora, por ejemplo, están en La Paz. Apenas ayer se fueron la mayoría. Y como van por temporadas, después de cosechar regresan y vuelven a Caborca una temporada, y así se van. Por el mes de diciembre regresan para acá. También aquí es una comunidad que cuando no tienen trabajo los papás se dedican a las canastas, elaboran las canastas para envolver la fresa. El ciclo pasado nada más duraron… ¿qué sería? como quince días, y se van otra vez, entonces ya se van a Caborca, regresan y se están un tiempo y van a otro lado.

¿Qué dicen los niños, cuál es su situación?

Para los niños sí es un problema la ausencia de los papás, porque los abuelitos de repente algunos ya están grandes y se les dificulta traerlos por algo, por alguna situación, entonces de repente no se tiene el trato directo con los papás sino que es con los abuelitos; sin embargo, hasta hoy, desde el ciclo pasado, he tenido mucho el apoyo de ellos, aunque sean los abuelitos, aunque no se tenga el trato con ellos, sí he tenido su apoyo. Pero nunca será lo mismo.

Hábleme un poco de su metodología, maestra.

Bueno, dentro de las áreas el juego es una estrategia que metemos mucho. No es nada más jugar por jugar; o decir, vamos a entretenerlos. Muchos lo podrían ver así: vamos a entretener a los niños con materias, pero no es eso. Esa es una estrategia de aprendizaje que se nos sugiere mucho. Las áreas para trabajarlo y que dentro de esa misma área se esté dando un aprendizaje, que se lleve con el método del material, no sé, por ejemplo, en otros jardines donde he tenido la oportunidad de estar, no trabajan el material. Si lo trabajan lo ven a la mejor como un poquito para no distraer a los niños, en cambio nosotros lo vemos como una parte donde se trabaje con el material pero que sea un aprendizaje.

¿Qué pediría usted al programa educativo, profesora, si pudiera hacerlo?

Que apoyaran más a los pequeños en el sentido de que muchas veces decimos que el programa tiene muchas cosas, muchos retos, pero es necesario que estén más cerca de lo que realmente son los jardines de este programa. Por ejemplo, me da gusto que se den cuenta de cómo trabajan los niños, que vean que es una comunidad vulnerable, que se vea el trabajo que se realiza tanto con los abuelitos, con los niños, entonces es conveniente que estén un poquito más cerca de esta parte. Que nos sigan apoyando, hay muchísimas necesidades también, yo creo que si ellos se acercan más a los jardines que tiene este programa se van  a dar cuenta que también hay mucha necesidad material dentro del jardín, dentro del aula. Por ejemplo, yo aquí no tengo juegos donde los niños puedan salir a recreo. Por ejemplo: pelotas, todo lo de educación física los papás lo tienen que comprar. Entonces sí pediría el apoyo para todo eso, unos juegos fijos donde los niños puedan divertirse durante el recreo. Dentro del baño los niños no tienen un lavabo. Este techito está aquí por ayuda de los papás; entonces sí, que vengan, que se den cuenta que también los jardines necesitamos más ayuda, económica también, porque es difícil y más en unos jardines tan pequeños, donde solo tengo nueve padres de familia. Es difícil pedirles una cuota alta, entonces sí, pedirles su apoyo para juegos recreativos, dentro del baño, dentro del aula donde hay cosas que hacer. Sería muy, muy gratificante, sería algo que nos apoyaría muchísimo.

Se ven todos muy contentos, profesora, felicidades.

Ver el crecimiento de los pequeños es la más grande satisfacción. Es una alegría, un gusto ver que de repente los chiquitos con los que tú haces, con cada una de sus prácticas, ves el crecimiento de los niños, ves el gusto por la vida, el que el niño se sienta pleno. Entonces eso es muy satisfactorio. Y bueno, el trabajo que realizo, laboralmente me gusta mi trabajo.


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