lunes, 7 de mayo de 2018

Vienen de la sierra


Para llegar al centro Pronim* de Palmillas, Municipio de Mixquiahuala de Juárez, Hidalgo, hay que tomar la carretera México-Laredo hasta el umbral mismo del famoso Valle del Mezquital. Aquí, multitud de pequeños propietarios que siembran básicamente ejote, reciben a otra multitud de familias jornaleras provenientes de los estados de Guerrero, Morelos y Oaxaca. Todas estas tierras son regadas con aguas residuales del Distrito Federal, por eso está prohibida la siembra de hortalizas, aunque es posible ver bastante maíz y no pocos campos de alfalfa regados con eficientes máquinas dispensadoras de agua. Pero lo fuerte es el ejote, a eso vienen los jornaleros agrícolas cargando a sus numerosas familias, con un poco de atención los puede uno ver descansando a la sombra de árboles casuarina y de una especie de sauce espigado que, justo es decirlo, proporcionan una modesta y huidiza sombra al mediodía de este caluroso agosto del año 2012.

En la escuela Preescolar Pronim de Palmillas me recibe la profesora Edith Mendoza Barrera, bióloga de profesión que trabaja hace ocho años como asesora y docente, impartiendo clases de preescolar y coordinando a los maestros.

¿Cuál es el reto en su trabajo, maestra?

El reto es trabajar con los niños, es el principal reto, porque ellos vienen aquí con ganas de estudiar, sí, pero también vienen a trabajar; los que están aquí trabajan en la mañana, se van con sus papás a trabajar al campo; entonces el principal reto es adaptar las clases al poco tiempo que ellos están aquí. Por ejemplo, ahorita no han llegado todos y son las cinco de la tarde, solo tengo una niña y ahorita van llegando apenas, entonces hay que adaptar la enseñanza a los tiempos de ellos. La clase normal de una escuela regular se le tiene que dar en el tiempo reglamentario, como debe de ser, aquí la clase debe ser más corta, las actividades más cortas y más lúdicas, sobre todo, porque si nos ponemos nada más a leer toda la tarde, a trabajar, hasta sueño les da, entonces tienen que estar activos para que puedan aprender.

¿Qué es lo que se enseña en este nivel?

Aquí en preescolar se enseñan las competencias básicas, lo que es aprender a conocer los números, a conocer los colores, bueno, a resolver problemáticas pequeñas. Por ejemplo, por qué llueve, ver de dónde viene el agua, la forma los colores, conocer los números, obviamente no todos, nada más del uno al diez, lo que es conocerlos y saber las cantidades.

Hábleme un poco de ellos, ¿de dónde vienen, quiénes son?

Ellos vienen de los estados de Guerrero y de Morelos, de la sierra; generalmente tenemos aquí de lenguas náhuatl y mixteco, de las dos. En algunas pocas ocasiones han llegado tlapanecos. No conozco nada más que palabras que ellos nos van diciendo, ellos nos dicen palabras y nosotros las vamos escribiendo. Los papás son gente humilde pero de carácter fuerte, gente recia, porque ellos son... no les gusta que los engañen, que les mientan, como que crearon un mecanismo de defensa y, por ejemplo, al principio hasta nos dicen que se llaman con otro nombre, porque es un mecanismo de defensa y no nos dicen su verdadero nombre hasta que tienen más confianza, ya cuando nos conocen. Yo creo que porque vienen de la sierra donde mucha gente trata de abusar de ellos; de que, como los ven así humildes, como que los ven menos, indígenas, por eso son así. Por ejemplo, si ellos le ofrecen un taco y usted no se los acepta se lo toman a mal, parece que para ellos es un insulto el que les está haciendo, entonces si usted se adapta a ellos, a su manera de ser, si le convidan algo y lo acepta, van teniendo confianza con usted. Ya ahora conocemos a varios que vienen aquí, o cuando vamos de visita a algún otro campamento encontramos también gente que ya ha venido aquí. Igual los niños, que son muy cariñosos, nos abrazan, nos saludan. Les tienen respeto a sus papás, ellos todavía están formados a la antigua, de que deben de respetar a papá y lo que papá dice: “es”. Sin embargo no vemos signos de maltrato evidente, los regañan y eso, pero que lleguen golpeados o adoloridos no, de hecho los procuran mucho, los cuidan mucho. Hace poco llegaron aquí unos húngaros y a ellos les da miedo esa gente, dicen que se roban a los niños. Entonces durante dos semanas más o menos que estuvieron los gitanos, venían por sus niños porque les daba miedo, y los niños igual, ni siquiera querían salir al recreo porque había gente ahí afuera que se los quería robar; al principio no les comprendía, ya poco a poco me fueron contaron que había gente llamada “húngaros” que robaba niños y que por eso no salían.

¿Cuáles son sus principales obstáculos?

Un problema es el tiempo, porque hay días que trabajan y no vienen a la escuela, lo que es de mayo a octubre, o que siembran; entonces, aparte de eso, el tiempo que le dedican al estudio a veces es nada más una hora, y en esa hora hay que darles un tema. En el caso de la primaria, por ejemplo, podemos tener nueve de segundo año, pero dos van en primer módulo, tres en segundo módulo, cuatro en tercero, estamos hablando de un solo grado, ya que llevan diferentes módulos. Ahora, los que tienen tres grados o cuatro grados, con cinco módulos de cada grado, entonces hay que planear clase todos los días porque los niños están en diferente situación, y ellos también, trabajar todo el tiempo separando sus actividades de las de los demás. Es complicado, pero nos hemos ido adaptando.

Ahorita tengo bastante material, Pronim nos provee de esto. Antes estábamos mal, hace ocho años que yo entré estábamos muy mal, de hecho lo que yo hacía a veces era romper los lápices en dos, partir las gomas en cuatro para repartirlas; los lápices no se los llevan, aquí los dejan, y cuando se pierde uno pues hay que darles otro, pero de preferencia los dejan aquí. Y pues, de un tiempo para acá la coordinación comenzó a dotarnos de material. Pero sí sufrí de material. De hecho, como yo trabajo en la mañana en una escuela regular, pues a veces los colores que aparecen ahí tirados, que papel bond que no ocupamos pues lo traemos para acá. En las mañanas yo doy en primaria, y lo que sobra allá lo traigo para acá, para que no impacte el bolsillo de las maestras, porque hasta eso a veces tuvimos que comprar. Los libros de texto igual, tenemos bastantes. No tenemos libros especiales, trabajamos con libros de texto normales, nos adaptamos de acuerdo a las guías, pues trabajamos con las guías Pronim. Anteriormente pues sí estaban adaptados a los libros, pero con la nueva reforma pues, obviamente que no, nosotras tenemos que adaptarlos.

¿Y de los niños qué me dice, cómo son?

Tenemos la dificultad ahorita en este campamento de los sanitarios; anteriormente el delegado nos prestaba la parte de allá, o sea nos daba la llave para poder entrar a los sanitarios, pero de algún tiempo para acá lo han estado ocupando los adultos mayores y como que son medio….delicados, son personas mayores que tienen  una especie de organización donde les dan clases, talleres, les dan de tejido, de cocina, ahorita está en lo de plantar huerto. Ellos usan los baños y todo el inmueble y ahí están los baños y como que dicen no, no les prestamos los baños, porque no quieren a la gente, porque los ven sucios, porque toman agua de la llave, pero eso no les afecta, ellos están acostumbrados a tomar agua de ahí y no se enferman, a andar descalzos y no se enferman, pero la gente de aquí no los ven bien. Y son bastantes niños, tenemos ciento seis alumnos y tiene que ir allí atrás a lo que son las milpas, en la parte de atrás de la escuela. Los chiquitos van de dos o tres. En grupo para cualquier cosa, aunque se supone que es una comunidad donde no hay tanto peligro, pero igual van dos, tres niños. Una prioridad sí son los sanitarios.  También la luz, a veces nos la cortan, no sabemos si vamos a tener o no. El problema es de apenas, lo que es este ciclo y parte del anterior. Esas son nuestras dificultades que tenemos ahorita aquí.

Hábleme de las satisfacciones, maestra Mendoza.

¿Satisfacciones? El ver a los niños que anteriormente su máximo que tenían ellos era ser capitán de cuadrilla, capitán de cuadrilla con la gente que los trae a trabajar, entonces ahorita ya sus aspiraciones son otras, muchos de los alumnos que ya salieron de sexto vienen  a visitarnos, nos apoyan; por ejemplo, ahorita vamos a tener la tarde mexicana, que es cada año, y nos apoyan los niños a dirigir los programas, niños que ya salieron pero que continuamente están aquí, pues aquí no damos secundaria, pero ellos quieren seguir estudiando, no quieren ser nada más jefes de cuadrilla, quieren algo más. Ellos rentan casas, están regados por toda la comunidad de Palmilla, viven por un tiempo aquí, lo que es de mayo a agosto, después se van a otros lados. Ahorita nos llegó un niño igual, que ya salió de sexto y se fue a Morelos. Ahorita ya terminó la secundaria pero ya no alcanzó a inscribirse y viene a tomar clases con nosotras. Dice que viene a apoyarnos, a seguir aprendiendo, aunque él sabe que, pues, ya sabe lo que podemos enseñarle, pero viene todavía, se pone a jugar con los niños.

¿Qué tan consistente es esta educación, maestra?

La educación que damos es buena. Yo creo que ellos están adaptados, si les pone un examen a un  niño de escuela regular y a un niño Pronim, los dos empatan e incluso el niño Pronim podría sacar mejor calificación. Si les llegan a hacer examen Enlace, como les hacen a los niños de escuela regular, yo digo que sí pasarían sin problema. Pero el tiempo en que se hace el examen Enlace es en mayo y en ese momento apenas van llegando los niños, por eso no se les puede hacer. Claro, en un niño de sexto, pues en un niño de primer año no ocurriría. Los de primero, cuando entran a primero sí se les dificulta mucho la lectura, matemáticas no, tienen mucha habilidad para ello, por lo mismo de su medio de vida, pero lo que es lectura es lo que más les cuesta, y a veces se van rezagando un poco, pero ya después que ellos agarran su ritmo, cuando comienzan a comprender la lectura, entonces sí son más competitivos, en quinto o sexto; antes es un poco más bajo en la lectura, porque ellos tienen el reto de que hablan alguna lengua, entonces para ellos todavía es más difícil comprender la lectura, por ejemplo, al hablar no lo hacen a la manera en que nosotros hablamos, nos dice “el flores”, por ejemplo, en lugar de “las flores”, entonces sí es más difícil. Pero ya una vez que lo hacen es más fácil, sobre todo que tienen mucha habilidad para matemáticas. Ellos cuentan mucho en sus vidas, pero aquí lo vienen a hacer de manera más lúdica; en la escuela regular no hay tanto juego como aquí.

¿Desea agregar algo, profesora?

Debe haber un poco más de recurso, yo creo que si le pusieran un poquito más de atención a lo que es Pronim estaría mejor. Por ejemplo, el sueldo que ganamos aquí es muy… simbólico. Les digo a mis compañeros que trabajamos más que nada por amor al trabajo, porque sí trabajamos a veces más que en la mañana, porque trabajamos hasta sábados; si nos dan curso el domingo pues ahí estamos el domingo; o sea, no nos rajamos como quien dice, y ahí estamos siempre, con los niños igual, trabajando igual, si a veces es necesario venir a hacer algún programa en la mañana aquí estamos, que más temprano, pues venimos antes para llegar más temprano.

Entonces pues yo digo que sería esa parte, de darle más estímulos al programa en sí, ya tenemos material, pero un local propio, porque este es prestado; el terreno, estamos casi invadiendo, como quien dice, parte de lo que es una propiedad que en este caso es de la localidad y cuando ellos digan “ya no los queremos aquí”  ¿qué vamos a hacer? A mí me tocó trabajar en carpas, donde de repente llegaba el agua y el aire y cada quien en una esquina teníamos que agarrar la carpa para que no se fuera con el aire. Entonces, sí, sus propias aulas para que no digan que ya no nos quieren, como nos dijeron con los baños; así estamos ahorita nosotros.

Muchas gracias.

*Pronim: Programa de educación básica para niñas y niños de familias jornaleras, agrícolas migrantes.
Fotografías tomadas de Facebook.


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