martes, 20 de abril de 2010

Turismo y alta marginalidad

Al inicio del gobierno de Felipe Calderón viajamos a la montaña de Guerrero con la idea de iniciar una saga de cien páginas web de municipios de muy alta marginación* que la secretaría de desarrollo social había arrancado en siete estados bajo el nombre de Cien x Cien. ¿Por qué cien si son 388 los municipios de muy alta marginalidad en el país? Nunca lo supe. Terminamos haciendo sólo una página, del municipio de Tlacoachitlahuaca, Gro., pues al segundo año el programa Cien x Cien se diluyó por la incompetencia y la inmovilidad del equipo de la señora secretaria, que poco después abandonó la secretaría.

Entre muchos documentos generados para la web, hice una investigación de gabinete sobre las bondades turísticas potenciales de un grupo de municipios de muy alta marginalidad de los estados seleccionados: Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Puebla, Veracruz, Nayarit y Durango. Para mi sorpresa, los atributos naturales y culturales de esas agrestes regiones se revelaron cuajados de riquezas y oportunidades, tal como se lo presenté a la coordinadora de delegados estatales de la secretaría, que se había mostrado receptiva a escuchar ideas y proposiciones. Mi investigación era contundente.

Tan sólo en Chiapas, con una tradición herbolaria y de medicina natural de los tzotziles, los zteltales y los choles, tenemos mucha tela turística de dónde cortar, empezando por las tres lagunas y las hermosas vistas que ofrecen las montañas de Chalchihuitán. El cerro Tzontehuitz y la laguna Petej de San Juan Chamula, que además cuenta con la iglesia de San Juan Bautista, la famosa Fiesta de Carnaval y un Museo Etnográfico. Los bosques admirables de Chanal, que además cuenta con ruinas arqueológicas y grutas inexploradas, excelente escenario para una clínica naturista de salud y herbolaria tzotzil o batsiI winik'otik. Tumbalá, que comparte las cascadas de Agua Azul. El río Osechucum de Chenalhó, las cascadas, ríos y bosques de Chilón, que cuenta con monumentos arqueológicos, al igual que Mitontic con las ruinas de Pulumsivac y Cochuntó. O Sitalá, que clama por la preservación de sus ruinas mayas de Copatil y la Ceiba, al igual que Zinacantán.

En el estado de Guerrero los pueblos señalados por Cien por Cien tienen una enorme riqueza natural y arqueológica compuesta por iglesias y ruinas, bosques y sierras escarpadas de gran potencial turístico. En Alcozauca de Guerrero un templo parroquial del siglo XVI y templos antiguos en Xonacatlán e Ixcuinatoyác, así como tesoros arqueológicos en las localidades de Alcozauca, Ixcuinatoyác, San José Lagunas y Amapilón.

En Atlamajalcingo del Monte una piedra rústica que llaman San Marcos en la cima del cerro de Chilacayote. En Atlixtac, ruinas arqueológicas olmecas y pinturas coloniales de los frailes evangelizadores en los templos. En Copalillo el balneario de Papalutla visitado por el turismo regional y estatal, las grutas localizadas en el cerro Tecabayo de la comunidad de Papalutla, donde aún se encuentran vestigios antiguos; construcciones de arquitectura monumental de origen olmeca, únicas en Mesoamérica, monolitos y vestigios de cerámica en el sitio arqueológico de Tlalcozotitlán, así como la iglesia colonial de San José Patriarca. En Copanatoyac pinturas rupestres localizadas en la cueva de Ocoapa, además del templo colonial de San Pedro Apóstol. En Xalpatlahuac una pirámide enterrada sobre la que descansan los cimientos de la iglesia del Señor del Santo Entierro. Pinturas rupestres y un museo de sitio en San Nicolás. En Zapotitlán Tablas una zona arqueológica con restos de un gran asentamiento con sótanos, pequeños cerros en forma de pirámide y una roca labrada en forma triangular.

Sin dejar de mencionar la riqueza artesanal de su gente que en Metlatónoc se materializa en talleres de sombreros de palma, huipiles y gabanes; en Xochistlahuaca fabrican machetes con inscripciones, ollas, comales, jarros y cántaros; hamacas y morrales de ixtle, cestería de bambú y de palma y los famosos telares de cintura de sus mujeres amuzgas y mixtecas.

En el estado de Oaxaca, que ocupaba un lugar preponderante en la estrategia Cien por Cien con cuarenta y ocho municipios integrados, antiguos pueblos en el marco de insondables serranías tienen mucho por ofrecer al visitante. Las ruinas prehispánicas de la cultura mazateca de Eloxochitlán de Flores Magón, así como su antiguo templo de San Antonio de Padua. El adoratorio prehispánico de San Agustín Loxicha, donde se practicaban y se siguen practicando ritos del matrimonio y adoración a los fenómenos naturales. En San Lorenzo Texmelucan, ruinas arqueológicas que no han sido estudiadas, así como cuevas, grutas y hoyos en el suelo también inexploradas. En San Pedro Ocopetatillo las ruinas arqueológicas de Zolanos y la laguna del Padre, ambas inexploradas. Las tumbas y cavernas arqueológicas de Santa María la Asunción, que tiene además un templo católico antiguo. La iglesia del siglo XVIII de San Antonio Sinicahua. La iglesia dominica de 1597, con interior decorando al estilo barroco y bizantino, con cinco altares gigantes de cedro bañados en oro de San Juan Coatzospam, que además tiene una piedra de sacrificios instalada por la inquisición. La iglesia de San Lorenzo Mártir del siglo XVIII en San Lorenzo Cuaunecuiltitla; las ruinas de antiguo templo católico de Santa Inés Yatzeche, al igual que el de Santa María Tlalixtac, el de Santo Domingo Tepuxtepec de 1599 o las cuevas o túneles que sirvieron a los antepasados para huir del enemigo en Santa Lucía Miahuatlán.

Además de esa riqueza cultural, las comunidades de Cien por Cien oaxaqueñas habitan espacios naturales de una gran belleza, como los bosques de San José Lachiguiri o de Huautepec o San Pedro el Alto; la cascada de San Juan Juquila Mixes, la cueva de Navela y chorro de agua de Nevería en San Miguel Mixtepec o la cueva de “Laguna Charco” explorada por espeleólogos de Estados Unidos de San Miguel Santa Flor.

Por si fuera poco, la famosa artesanía oaxaqueña que tan sólo de los municipios de Cien por Cien podría ser la envidia de países enteraros. Guitarras, violines y tallas en madera de Coicoyán de las Flores y Santa María Tepantlali; el tejido de la palma y elaboración de comales de barro de Magdalena Peñasco y Santiago Ixtayutla; los violines, bajos y salterios de Mazatlán Villa de Flores; petates y tenates de palma, así como los alebrijes de San Andrés Paxtlán; el aguardiente con jugo de caña de San Francisco Huehuetlán, así como el meazcal de San Francisco Tlapancingo que además hace sombreros tejidos de ixtle y palma, como también se hacen en Santos Reyes Yucuná. Las máscaras con corteza o fibra de madera de San José Tenango y Santa María Chilchotla, los tejidos de ixtle de San Juan Petlapa, San Miguel Ahuehuetitlán, Santiago Tlazoyaltepec y Santiago Amoltepec, la elaboración de balones de fútbol y sombreros de San Simón Zahuatlán; las hamacas, redes y productos derivados del maguey y el ixtle de Santa Cruz Zenzontepec, las figuras de animalitos de Santa María Apazco, para no hablar de los famosos tejidos de las mujeres oaxaqueñas que hacen huipiles, servilletas, manteles, blusas, enaguas y calzones de manta en San Martín Itunyoso, Santa Ana Ateixtlahuaca, San Miguel Coatlán, Santiago Yaitepec y Santo Domingo de Morelos

Las ocho comunidades de la estrategia Cien por Cien del estado de Puebla están ubicadas en imponentes sierras de alto potencial turístico. Entre sus tesoros naturales destacan los manantiales El Tlachilini, El Achichivasco, El Apampelcato y el de las Manzanas del municipio de Coyomeapan, que cuenta además con los bosques del Cicintépetl y el Sumidero; las grutas inexploradas de Huehuetla, que tiene además el templo colonial del Niño de la Candelaria; la pesca de bobos y bagres en el arroyo Laxaxalpa de Hueytlalpan, de hermosos paisajes al igual que San Felipe Tepatlán y
Zoquitlán, que tiene zonas boscosas y caídas de agua, como en Xitlama y el río Coyolapa; además de una iglesia Colonial del siglo XVI.

Destacan las artesanías de tejidos de palma y de carrizo de Eloxochitlán, la talla de madera de Camocuautla y la alfarería y tejidos de mimbre de Chiconcuautla, en el estado de Puebla, como destacan las de los municipios de Cien por Cien del estado de Veracruz ubicados también en escarpadas serranías, los jorongos de lana y chaquetas del municipio de Astacinga, las bateas de Filomeno Mata, los bordados de hilo y tejidos de bejuco en Ilamatlán, Zontecomatlán y Mixtla de Altamirano, las máscaras en madera y ceras de Mecatlán, los instrumentos musicales de Soteapan, las coloridas cobijas de Tehuipango, la talla de madera en Texcatepec y las artesanías de lana de borrego de Tlaquilpa y Xoxocotla,

En El Nayar, municipio de la sierra de Nayarit, tiene lagunas, cascadas y manantiales. Lugares como la Piedra del Diablo, La Boquilla y el Paso de la Güilota, son sitios que cuentan con piedras grabadas con una diversidad de representaciones referidas a la cacería, espirales, hombres, perros, etc.

La localidad de Los Sabinos cuenta con 13 pozos en los que se hallaron importantes reliquias históricas, en el primero de los cuales, se encontró abundante cerámica de uso culinario monocroma y esgrafiada en colores, hachas de garganta y puntas de proyectil en obsidiana que, se cree, fueron realizados del periodo que va del año 700 d. C. a la conquista.

El municipio El Nayar cuenta con diversos monumentos históricos, entre ellos, el templo franciscano de Jesús María, arquitectura rústica que data de fines del siglo XVIII; el templo rústico de Huaynamota, construido por franciscanos en el siglo XIX, la casa del Gobernador Tradicional en la localidad de Santa Teresa, construida de muros de piedra y cubierta con estructura de madera y palma inclinada a cuatro aguas; las ruinas del templo franciscano de Santa Teresa; el templo y curato de San Juan Bautista, localizado en San Juan Peyotán, construido en el siglo XIX; el templo de la Santísima Trinidad y sus anexos- casa cural y escuela de evangelización, construidos en el siglo XVII.

En el municipio de Mezquital, Durango, existe el balneario la Joya y varios ríos; además, se puede practicar la caza de animales propios de la serranía. La iglesia de Huazamota y ruinas de un convento del siglo XVI. A cuatro kilómetros de La Joya; siguiendo el cauce del río, se llega a interesantes zonas arqueológicas. En la zona de El Salto se localizan construcciones mal conservadas y vestigios de cerámica antigua de uso doméstico. En la zona arqueológica de Cerro Blanco también existen construcciones que rodean una enorme caída de agua, a ambos lados de Torrentes.

La funcionaria nunca me respondió una palabra. Un año después me enteré que también perdía el trabajo, se fue de candidata en las intermedias y perdió. De cualquier forma no era un plan operativo sino apreciativo sobre los recursos culturales y naturales de las principales regiones consideradas de alta marginalidad, que entre otras cosas eran el escenario de su trabajo. Si algún día retorna la paz a este país, tal vez podría pensarse en proyectos turísticos que apoyaran a estas comunidades, permitirles mostrar sus bellezas y obtener algunos dividendos para enfrentar una pobreza real que también florece y se reproduce en todos esos lugares. ¿Será el turismo una opción para los pueblos originarios mexicanos?

* El encargado de medir la marginación en México, el programa de microrregiones del gobierno federal, consigna en su página de internet (www.microregiones.gob.mx) cuatro grados o formas de marginalidad para México: muy alto, alto, predominantemente indígena y marginalidad relativa. En total son 17 estados de México los que tienen esta distinción que involucra a 388 municipios con 1 220 305 habitantes.
Adicionalmente, existen 26 entidades con marginación considerada como alta, con 910 municipios y tres millones 339 mil 913 habitantes. En resumen, en México hay 4 560 218 ciudadanos que viven en situación de muy alta y alta marginación.

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