Es agosto de 2012 entrevisto a
la licenciada Edith Mendoza Barrera
en Mixquiahuala de Juárez, Hidalgo, sobre su trabajo en un programa de la SEP
llamado PRONIM, para hijos de migrantes laborales; miles de familias que viajan
por temporadas a las cosechas de ajo y sandías en campos de Sonora, Chihuahua,
Sinaloa y La Laguna, ejecutado por la de Dirección Nacional de Educación
indígena, donde la joven profesionista trabaja de maestra de preescolar. Edith
es bióloga de profesión, tiene ocho años practicando el magisterio en estos
grupos tornadizos de niños que, en ciertas circunstancias, como me platicó una
maestra en la sierra norte de Puebla, “no saben ni tomar un lápiz”. Le pregunté
a Edith cuál era el reto de su encargo, cómo era trabajar con estos niños
obligados a laborar en el campo jornadas de adultos para contribuir a la
difícil situación económica de sus familias. Hay estados que lo prohibían ya
entonces a los menores de 16, Hidalgo no era uno de ellos.
El
reto es trabajar con los niños, es el principal reto, porque ellos vienen aquí
con ganas de estudiar, sí, pero también vienen a trabajar; los que están aquí
trabajan en la mañana, se van con sus papás a trabajar al campo, entonces es el
principal reto, adaptar las clases al poco tiempo que ellos permanecen aquí.
Por
ejemplo, ahorita no han llegado todos (al salón de clase), son las cinco de la
tarde, solo tengo una niña y ahorita van llegando apenas, hay que adaptar la
enseñanza a sus tiempos. La clase normal de una escuela regular se tiene que
dar en el tiempo reglamentario, como debe de ser, aquí la clase debe ser más
corta, las actividades más cortas y más lúdicas. Sobre todo. Porque si nos
ponemos nada más a leer toda la tarde, a trabajar, hasta sueño les da, entonces
tienen que estar activos para que puedan aprender.
Aquí
en preescolar se enseñan las competencias básicas, lo que es aprender a conocer
los números, a conocer los colores, bueno, a resolver problemáticas pequeñas.
Por ejemplo, por qué llueve, ver de dónde viene el agua, la forma, los colores,
conocer los números, obviamente no todos, nada más del uno al diez, lo que es
conocerlos y saber leer las cantidades.
Gente recia
Ellos
vienen de los estados de Guerrero y de Morelos, de la sierra, generalmente
tenemos aquí de lengua náhuatl y mixteco, las dos. En algunas pocas ocasiones
han llegado tlapanecos. No conozco nada más que palabras que ellos nos van
diciendo, ellos nos dicen palabras y nosotros las vamos escribiendo. Los papás
son gente humilde pero de carácter fuerte, gente recia, porque ellos son...
así, no les gusta que los engañen, que les mientan, como que crearon un
mecanismo de defensa. Por ejemplo, al principio hasta nos dicen otro nombre, porque
es un mecanismo de defensa y nos dicen el verdadero hasta que tienen más
confianza, ya cuando nos conocen. Yo creo que porque vienen de la sierra donde
mucha gente trata de abusar de ellos; de que, como los ven así humildes, como
que los ven menos, indígenas, por eso son así. Por ejemplo, si ellos le ofrecen
un taco y usted no se los acepta se lo toman a mal, parece que para ellos es un
insulto el que les está haciendo, entonces si usted se adapta a ellos, a su
manera de ser, si le convidan algo y lo acepta, van teniendo confianza con
usted. Ahora ya conocemos a varios que vienen aquí, o cuando vamos de visita a
algún otro campamento encontramos también gente que ya ha venido aquí. Igual
los niños, que son muy cariñosos, nos abrazan, nos saludan. Les tienen respeto
a sus papás, ellos todavía están formados a la antigua, de que deben respetar a
papá y lo que papá dice: es. Sin embargo, no vemos signos de maltrato evidentes,
los regañan y eso, pero que lleguen golpeados o adoloridos no, de hecho los
procuran mucho, los cuidan mucho. Hace poco llegaron aquí unos húngaros y a
ellos les da miedo esa gente, dicen que se roban a los niños. Entonces durante
dos semanas más o menos, que estuvieron ellos, venían por sus niños porque les
daba miedo; y los niños igual, ni siquiera querían salir al recreo porque había
gente ahí afuera que se los quería robar.
Un
problema es el tiempo, hay días que trabajan (en la cosecha) y no vienen a la
escuela, lo que es de mayo a octubre, o que siembran; entonces, aparte de eso,
el tiempo que le dedican al estudio a veces es nada más de una hora, y en esa
hora hay que darles un tema. En el caso de la primaria, por ejemplo, podemos
tener nueve de segundo año, pero dos van en primer módulo, tres en segundo
módulo, cuatro en tercero, estamos hablando de un solo grado que llevan
diferentes módulos. Ahora, los que tienen tres grados o cuatro grados, con cinco
módulos de cada grado… Entonces hay que planificar clase todos los días porque
los niños están en diferente situación, y ellos también, trabajan todo el
tiempo. Es complicado, pero nos hemos ido adaptando.
Ahorita
tengo bastante material. Antes estábamos mal, hace ocho años que yo entré
estábamos muy mal, yo lo que hacía a veces era romper los lápices en dos,
partir las gomas en cuatro para repartirlas; los lápices no se los llevan, aquí
los dejan, y cuando se pierde uno pues hay que darles otro, pero de preferencia
los dejan aquí. Y pues, de un tiempo para acá la coordinación comenzó a
dotarnos de material. Pero sí sufrí de material. Como yo trabajo en la mañana
en escuela regular, pues a veces los colores aparecen ahí tirados, que papel
bond que no ocupamos pues lo traemos para acá. En las mañanas yo doy en
primaria, y lo que sobra allá lo traigo para acá, para que no impacte el
bolsillo de las maestras, porque hasta eso, a veces tuvimos que comprar. Los
libros de texto igual, tenemos bastantes. No tenemos libros especiales,
trabajamos con libros de texto normales, nos adaptamos de acuerdo a las guías,
pues trabajamos con las guías Pronim. Anteriormente sí estaban adaptados los
libros, pero con la nueva reforma pues, obviamente que no, tenemos que adaptarlos.
No los ven bien
Tenemos
la dificultad ahorita en este campamento de los sanitarios; anteriormente el
delegado nos prestaba la parte de allá, o sea nos daba la llave para poder
entrar a los sanitarios, pero de algún tiempo para acá lo han estado ocupando
los adultos mayores y como que son medio… delicados, son personas mayores que
tienen una especie de organización donde
les dan clases, talleres, les dan de tejido, de cocina, ahorita está lo de
plantar huerto. Ellos usan los baños y todo el inmueble y los baños… y como que
dicen no, no les prestamos los baños, no quieren a la gente porque los ven
sucios. Toman agua de la llave, pero eso no les afecta, ellos están
acostumbrados a tomar agua de ahí y no se enferman; a andar descalzos y no se
enferman, pero la gente de aquí no los ve bien. Y son bastantes niños, tenemos
ciento seis alumnos que ahora tienen que ir allí atrás, a lo que son las
milpas, en la parte de allá atrás. Los chiquitos van entre dos o tres. En grupo
para cualquier cosa, aunque se supone que es una comunidad donde no hay tanto
peligro, pero igual van dos, tres niños. Sí, una prioridad son los
sanitarios. También la luz, a veces nos
la cortan, no sabemos si vamos a tener o no. El problema es de apenas, lo que
es este ciclo y parte del anterior. Esas son nuestras dificultades que tenemos
ahorita aquí.
Buena educación
Satisfacciones:
el ver a los niños que anteriormente su máximo que tenían ellos era ser capitán
de cuadrilla, capitán de cuadrilla, la gente que los trae a trabajar, entonces
ahorita ya sus aspiraciones son más,
muchos de los alumnos que ya salieron de sexto, vienen a visitarnos, nos apoyan; por ejemplo,
ahorita vamos a tener la tarde mexicana, que es cada año, y nos apoyan los
niños a dirigir los programas, niños que ya salieron pero que continuamente
están aquí, pues aquí no damos secundaria, pero ellos quieren seguir
estudiando, no quieren ser nada más jefes de cuadrilla, quieren algo más. Ellos
rentan casas, están regados por toda la comunidad de Palmilla, viven por un tiempo
aquí, lo que es de mayo a agosto, se van
a otros lados. Ahorita nos llegó un niño igual, que ya salió de sexto y se fue
a Morelos. Ahorita ya terminó la secundaria pero ya no alcanzó a inscribirse y
viene a tomar clases con nosotras. Dice que viene a apoyarnos, a seguir
aprendiendo, aunque él sabe que, pues, ya sabe lo que podemos enseñarle, pero
viene todavía, se pone a jugar con los niños.
La
educación que damos es buena. Yo creo que ellos están adaptados, si les pone un
examen a un niño de escuela regular y a
un niño Pronim, los dos empatan e incluso el niño Pronim podría sacar mejor
calificación. Si les llegan a hacer examen Enlace, como les hacen a los niños
de escuela regular, yo digo que sí pasarían sin problema. Pero el tiempo en que
se hace el examen Enlace es en mayo y en ese momento apenas van llegando los
niños, por eso no se les puede hacer. Claro, en un niño de sexto, pues en un
niño de primero no ocurriría. Los de primero, cuando entran a primero sí se les
dificulta mucho la lectura, matemáticas no, tienen mucha habilidad para ello,
por lo mismo de su medio de vida, pero lo que es lectura es lo que más les
cuesta, y a veces se van rezagando un poco, pero ya después que ellos agarran
su ritmo, cuando comienzan a comprender la lectura, entonces sí son más
competitivos, en quinto o sexto; antes es un poco más bajo en la lectura,
porque ellos tienen el reto de que hablan alguna lengua, entonces para ellos
todavía es más difícil comprender la lectura, por ejemplo, al hablar no lo
hacen a la manera en que nosotros hablamos, nos dice “el flores”, por ejemplo,
entonces sí es más difícil. Pero ya una vez que lo hacen, ya para ellos es más
fácil, sobre todo que tienen mucha habilidad para matemáticas. Ellos cuentan
mucho en sus vidas, pero aquí lo viene a hacer de manera más lúdica; y también
que en la escuela regular, donde no hay tanto juego como aquí.
No nos rajamos
Debe
haber un poco más de recurso, yo creo que si le pusieran un poquito más de
atención a lo que es Pronim estaría mejor. Por ejemplo, el sueldo que ganamos
aquí es muy… simbólico. Les digo a mis compañeros que trabajamos más que nada
por amor al trabajo, porque sí trabajamos a veces más que en la mañana, porque
trabajamos hasta sábados; si nos dan curso el domingo pues ahí estamos el domingo;
o sea, no nos rajamos como quien dice, y ahí estamos siempre, con los niños
igual, trabajando igual, si a veces es necesario venir a hacer algún programa
en la mañana aquí estamos, que más temprano, pues venimos antes para llegar más
temprano.
Entonces
pues yo digo que sería esa parte, de darle más estímulos al programa en sí, ya
tenemos material, pero un local propio, porque este es prestado, el terreno,
estamos casi invadiendo, como quien dice, parte de lo que es una propiedad que
en este caso es de la localidad y cuando ellos digan “ya no los queremos
aquí”, qué vamos a hacer; a mí me tocó
trabajar en carpas, donde de repente llegaba el agua y el aire y cada quien en
una esquina teníamos que agarrar la carpa para que no se fuera con el aire. Entonces
sí, sus propias aulas para que no digan que ya no nos quieren, como nos dijeron
con los baños; así estamos ahorita nosotros.
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