jueves, 26 de octubre de 2017

Todos aprenden

La maestra Clara viaja desde Oaxaca a Zacatepec para instruir a sus niños de educación especial. Unas seis horas de viaje de la capital del estado a la región de los tacuates cercana a la costa del Pacífico y a la frontera con el estado de Guerrero. Contagia el entusiasmo de la maestra Clara, su don de gentes y simpatía. Al final de nuestra estadía en Zacatepec nos pidió aventón a Oaxaca, iba cargada de la codiciada miel de la hormiga comestible llamada chicatana, unas bolitas transparentes que las hormigas producen en muy pocos lugares, entre ellos Zacatepec. “Cada vez que vengo –y es temporada- regreso cargada de chicatana”, nos dice. En el camino nos reveló otra de sus cualidades: es orquideóloga. Paramos en el camino para que ella, con ayuda del chofer Jorge Escudero, pudiera descolgar de algunos árboles sus preciadas orquídeas.


17 de junio de 2011

Centro de Educación Preescolar “Lic. Benito Juárez” de Santa María Zacatepec, Oax.
Prof. Clara Pascual García

Mi nombre es Clara Pascual García, estamos en la escuela “Lic. Benito Juárez” de Santa María Zacatepec, Putla, Oaxaca. Estudié una maestría en enseñanza educativa especial,  pero antes, por un problema familiar que tuvimos, empecé a ir al Teletón y me empecé a interesar en estos problemas. Ahorita estamos trabajando con braille, también un poco de lenguaje de señas. Aquí he estado trabajando con un  niño con síndrome de down y me gusta mucho, la enseñanza y la terapia.

Aquí en la escuela tenemos seis niños, nada más que a veces vienen y a veces no. Aquí en Zacatepec la mayoría habla español, o sea que por ese lado no tengo problema, enseño en español. De mi trabajo me gusta todo, me gusta trabajar con los niños, también que sobresalgan, que no porque son niños con alguna necesidad se queden ahí, sino que aprendan; todos los niños aprenden, sea un niño con down o con parálisis cerebral, todos aprenden. Entonces, pues, trabajo para ayudarlos a mejorar su vida. Bueno, no solo la vida de ellos, sino también la de sus papás, de sus hermanos. Pues muchas veces un papá tiene un hijo con alguna discapacidad y lo que hace es esconderlo, no los sacan o niegan que sea su hijo.

Mi principal obstáculo es que muchas veces los niños no vienen, por muchas razones, los papás a veces no tienen tiempo, los niños se enferman; a veces no encuentran el material que uno les pide y no vienen. Pensaba que iba a venir alguien del programa donde nosotros hemos asistido, que es Necesidades Educativas Especiales, pero veo que no. Y la verdad sí tenemos muchas dificultades en cuanto al material, porque a veces no lo tenemos a la mano. Sería muy útil que nos visitaran para que vean cómo trabajamos. Por ejemplo, si usted se da cuenta, aquí tengo mi alfabeto incompleto porque no tengo material. Acá es difícil encontrarlo. También necesitamos agujas de caneva, ojitos de plástico, zapatos; o sea, para que ellos empiecen a trabajar todo lo que es la psicomotricidad. La verdad casi no tenemos acá material. Y sí trabajamos, aunque a veces nos critican a los maestros por esto o lo otro, se van a los plantones y cosas así, pero sí trabajamos también.

Me gusta que el niño aprenda. Ahorita no ha venido, pero él ya empieza a escribir braille. Se llama Abimelec García Marroquín, es invidente y ya empieza  a escribir, escribe palabras, oraciones cortas, tiene siete años. Lo que pasa es que también sus papás lo estimularon mucho desde pequeño, entonces ya todo fue más sencillo; estuvimos trabajando orientación y movilidad, vimos lo que es la técnica de protección y luego ya, entramos al braille. Así que le digo que no me costó mucho en ese aspecto. En su muñeco él aprendió un poco el esquema cultural, izquierda, derecha, arriba, abajo; a un lado, adelante, atrás. Es ciego congénito.

La maestra tiene una niña con hipoacusia nomás que casi no hemos trabajado con ella, porque a veces no la manda; la verdad requiere de atención y de tiempo, porque la niña, como yo apenas llegué, casi no se acostumbra a venir conmigo. Entonces eso se me dificulta, quiere estar con su maestra, pero como yo tengo otras actividades, con Abimelec es con quien más trabajo.

Muchos autores y profesores de los que he aprendido, dicen que la mejor manera de enseñar a un niño con hipoacusia es enseñarlos a oralizar; a mí como que se me hace un poco difícil porque, por ejemplo, la niña como que se comunica más a señas, es lo que ella utiliza para decir algo. Espero estar el otro ciclo escolar y trabajar con ella.

Queremos material para todos, porque ya ve que de por sí en los centros de educación preescolar lo que más se necesitan son juegos. Este alfabeto yo lo he ido haciendo con material que el niño conoce, tenemos un árbol con corteza, este algodón es de acá y representa un borreguito; ahí andamos buscando de acá para allá a ver quién nos puede regalar un poco de material. Así hemos estado trabajando. No lo he acabado porque la verdad requiere de mucho tiempo, y aparte por mis otras actividades, pues no lo puedo hacer. Estas son tablitas de triplay donde están pegadas representaciones de diferentes cosas, como cortezas de árbol con unas ramitas, tenemos peluches, una mariposa hecha de tejido, figuras con materiales diversos, lentejuelas, diamantina; un mosquito de peluche, tenemos un ave azul, un pájaro con plumas reales, tenemos una ratón con su cola de papel, tenemos un sapo, una tortuga hecha con una semilla, un venado. Con esto el niño conoce, al tacto, cosas del mundo que no puede ver.

Ojalá nos vengan a visitar más seguido las autoridades competentes, que se den una vuelta para que vean cómo trabajamos, que necesidades tenemos. Que vengan a compartir un día con nosotros, un día de clases.


Foto 2 de Marco Pacheco

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jueves, 19 de octubre de 2017

La lengua indígena como primera lengua

En la comunidad de Santa María Zacatepec encontramos a la etnia tacuate, de origen mixteco que se estableció en esta zona en el año 357 D.C., entre los ríos Atoyaquillo y Reforma. El municipio se localiza en la parte suroeste del estado de Oaxaca,  a 340  metros sobre el nivel del mar; un cartel en la carretera anuncia la “Entrada a la costa chica”. En el camino, de aspecto tropical, abundan los árboles de mango, mamey y aguacate, aunque otra información indica la existencia de sandía, melón, pepino, jamaica, cacahuate, jitomate, calabaza, anona, chirimoyas, guayabas, limón y coco, además de cosechar con éxito maíz, fríjol y chile.

Para llegar a Santa María Zacatepec, después de haber cruzado la alta zona triqui con sus fantasmales comunidades clausuradas, se arriba a la última ciudad de la región, antes de la costa, que es Putla de Guerrero. De ahí se va en carretera a San Marcos Cogulito, se pasa Santa Rosa, el Llano la Plaza, Mesones y por fin, tras algunas horas, se arriba a Zacatepec.

La fuerte migración a los Estados Unidos repercute en una arquitectura urbana contrastante: el pasado de adobe y el presente de mármol; costumbres férreas en el control de la velocidad de automóviles, pulcritud y orden. Una tejedora de palma teje un chiquihuite en la puerta de su domicilio; hay una indiferente cantidad de mangos tirados en un árbol de al lado; unos niños juegan mientras esperan la cosecha de la codiciada chicatana, la enorme hormiga comestible. Todo parece parte de un paraíso aquí, menos el calor.

En un salón que elegimos lejos del ruidoso recreo de los niños, entrevisté a la Profesora María Elena López López; más tarde, con los niños dentro de sus salones, pude entrevistar a la maestra de educación especial Clara Pascual García, que por nuestra presencia se ataviaron con los hermosos vestidos bordados de la etnia tacuate que usan lo mismo las mujeres que los hombres.


17 de junio de 2011

Centro de Educación Preescolar “Lic. Benito Juárez” de Santa María Zacatepec, Oax.
Prof. María Elena López

Mi nombre es María Elena López López, directora del Centro de Educación Preescolar “Lic. Benito Juárez” que está ubicado en la localidad de Santa María Zacatepec. Actualmente dirijo a cinco compañeros docentes y personal de apoyo. Al inicio del ciclo escolar no contábamos con ese personal porque, dada la problemática que hay en la región triqui, los compañeros que tienen esa clave desafortunadamente son de esa región. Y por tal motivo los compañeros se tuvieron que ir a otra parte para cuidar su seguridad. Y es así como esta escuela se queda sin ese personal de apoyo. Tuvimos que gestionar ante la Jefatura de Zona y afortunadamente la maestra Clara, que vivió esa situación en la región triqui, estaba a disposición de la jefatura y pudo venir aquí.


Nosotros decimos que somos afortunados, pues por sus características y todo el conocimiento que tiene la compañera, podemos atender a los alumnos de esta escuela que presentan diferentes problemas. Entonces hicimos un estudio, un cronograma de trabajo que diseñamos para que el niño que presenta ceguera total tuviera atención en la mañana, mientras que los niños que tienen problemas de lenguaje, que tienen problemas de hipoacusia y otros, los trabajáramos en la tarde. Y es así como se diseñó el plan de trabajo con la maestra; pero en sí, todos somos un cuerpo colegiado de trabajadores que está aquí en escuela, que cuenta actualmente con ciento ocho alumnos. Podemos tener más, son los padres de familia conscientes los que mandan a sus hijos, conscientes en el sentido de que es de ellos la responsabilidad de enviarlos. Yo puedo ir casa por casa, pero los padres conscientes son los que mandan a sus hijos.

Soy directora comisionada, porque no contamos con la clave de directora, así estamos desempeñando nuestra función ahorita, llevamos dos años. Yo llegué a este plantel hace diecisiete años. Y entonces, como ve, ahorita apenas remodelamos la plaza cívica, dejamos todo diseñado para hacer el techado de la plaza y estamos haciendo todo el trabajo que nos toca. Mi trabajo como directora es ir ante las instancias a gestionar todo para que el servicio que se les de a los niños sea más o menos de calidad, así hemos tenido el apoyo por parte de la presidencia municipal. Créame que hace un año el preescolar tenía muchos problemas, porque esta escuela tiene más de veintiocho años que se construyó. Hace apenas dos años, con el programa de “Mejores escuelas” por parte del gobierno federal, se hizo el techo. Esta escuela tenía láminas que, por el tipo de clima de esta región, desde la primera vez debieron de pensar en eso. Entonces ¡se imagina cuántos años sufrieron estos niños y sufrimos nosotros!, porque era un horno, por eso es que a cada salón se le tuvo que dar su ventilador, porque no era suficiente.

El principal obstáculo es la economía en la que nosotros nos encontramos. Es la economía, porque aquí los padres de familia nos apoyan con ciento veinte pesos para la compra de útiles, de los materiales didácticos de los niños. Y eso que nosotros reciclamos otros materiales, las semillas, todo lo que hay en la región. Tratamos de ir compartiendo esos materiales. A veces los tequios (trabajo comunitario) generan muchos problemas, hay papás que afortunadamente son muy responsables y hay otros que en ningún tequio nos apoyan. Hacemos uno por lo menos cada cinco meses, cada tres meses, de acuerdo a cómo están las necesidades de la escuela. Y lo otro aquí es que la asociación de padres de familia sí nos apoya, a veces, nada más que hay que buscarlos para que ellos nos vengan a visitar. Insistir un poco. A veces las mamás que forman parte del comité, como observa ahorita, vienen a dejarles sus tacos a los niños y aprovechan para estar en contacto con nosotras. Pero, pues no, qué más quisiéramos que todos estuvieran al pendiente, comprometidos. Es una característica de esta región, porque yo al menos también vengo de comunidades, de una localidad indígena.

Bueno, las raíces de los tacuates vienen de los mixtecos, son mixtecos, pero se quieren desligar un poco de los mixtecos, entonces ellos se dan a conocer como tacuates. Los tacuates son de esta región, y sí hay una diferencia entre ellos y los mixtecos. Los mixtecos son la raíz de ambas lenguas. Déjeme aclarar que en este centro de educación preescolar asisten niños bilingües que dominan las dos lenguas: el tacuate, el español; monolingües en español y monolingües en tacuate. Y es por eso que le digo que hay esa diversidad y afortunadamente los papás lo han entendido. A veces, a los papás que denominamos mestizos, también nos dan el apoyo. 


Esta ropa bordada la confeccionan las madres de familia de nuestros niños. Es el atuendo tacuate ¿bonito, verdad? Al principio como que las mamás no se interesaban mucho en cómo ayudar en la economía de la familia, pero a raíz de que la escuela impulsa el uniforme de los niños, que es el traje tradicional de los tacuates como tal, cambiaron su actitud. Lo usamos todos los lunes, en todos los eventos en los que nosotros participamos en la localidad y en otras celebraciones. Aquí hay cinco escuelas primarias, cinco centros de educación preescolar, dos son bilingües y otras tres son jardín de niños. Nuestra escuela y la escuela primaria “Ricardo Flores Magón” nos hemos identificado, nos hemos caracterizado orgullosamente con nuestro uniforme. En los programas de clausura nos identificamos con nuestro uniforme; no hay vals, no hay todo el protocolo que usted puede ver en otras instituciones, porque aquí el que luce es nuestro uniforme. Llevamos 17 años, nos costó convencer a los padres de familia para identificarnos con este uniforme, hasta que se quedó.  Y le digo que me siento muy orgullosa porque yo formé parte de esas maestras que tuvieron la idea; como maestra de grupo, tuve que brigadear mamá por mamá. Entonces es un sello original que nosotros tenemos en esta escuela, nos identifican por nuestro uniforme. Nos identifican así y orgullosamente: “son de la Benito Juárez”; “es la bilíngüe”, dicen. Y yo les digo a mis compañeras que, al principio, como que sí nos sentíamos decaídas, pero cuando nuestros mismos alumnos dan un paso gigantesco al portarlo orgullosamente, todo cambió. Puedo decir que, actualmente, los que fueron mis alumnos ya son maestros, son licenciados, son arquitectos. He visto que han trascendido; entonces digo, bueno, hemos trascendido y qué bueno que los padres que han confiado en nuestro nivel ahí están.

El uniforme tacuate de los niños es un pantalón y una como camisita bordada, pero el original, el que portan los niños de la escolta, es un como calzón, bordado también, y su camisa larga larga, larguísima, que casi toca el piso, para que se pueda enrollar, y el calzón igual, para que sea el original. Tiene bordada su águila en el pecho que lo caracteriza.  Según la historia, el águila se llevó la jícara que la señora llevaba en la cabeza, y por eso se identifican con el águila.

Sí, ha sido una lucha constante, permanente, porque nosotros no solo educamos, está la televisión, que constantemente está ahí bombardeando a nuestras comunidades, está la radio y, entonces, solos, casi puedo decir que estamos aquí solos; pero como le digo, los maestros de la primaria también han retomado el uniforme de los niños, la secundaria también, el 16 de Septiembre vimos que la escolta participó con su huipil, entonces dijimos: “no estamos solos, ahora ya somos varios”.

Por los años que llevo ya me sé unas palabras, me sé unas oraciones, trato de apoyarme con mis compañeras que ya se jubilaron; es una pena, porque ellas nos ayudaban a traducir los cantos en mixteco y entonces cantábamos con los niños en mixteco. Pero desafortunadamente en esta población muchos están emigrando para Estados Unidos, se va la familia completa. Y cuando regresan, como que les imponen a sus hijos evitar la lengua, tenemos estadísticas que reflejan tristemente que casi la mitad de los niños del plantel ya no dominan la lengua. Sí la hablan, pero muy poco, la entienden apenas. Lo que hacemos nosotros es platicar con ellos. De hecho, nuestros niños en la primaria conocen el alfabeto, ese es el primer paso. El alfabeto mixteco de ñuu savi es idéntico al de los tacuates, lo único que nos diferencia son la terminología de “M-B”, porque aquí se dice “deti” al frijol, en mixteco es “nuchi”. Ocupan mucho el “M-B” y nosotros los mixtecos no tanto. Pero sí, es el primer planteamiento que hacemos con nuestros compañeros maestros en el ciclo escolar: manejar la lengua indígena como primera lengua. Entonces nosotros cantamos, hablamos, jugamos en mixteco. A un niño que es monolingüe, lógico es que la maestra tiene que enseñarle a decir: párate, “un daj”; brinca, “dábano”, para que el niño vaya socializando con sus compañeros.

Lo que más me emociona es que, por dominar mi lengua, ingresé al magisterio; por las necesidades que uno tiene, por no contar con recursos y por ser de familias muy numerosas, yo tenía siempre la iniciativa de ser maestra, porque yo decía: “cuando termine mi primaria y la secundaria estudiaré la Normal”. Y desafortunadamente, en ese trance, se implementa el bachillerato. Y entonces ya no se dio, porque ya no había las posibilidades y me quedé. Me dije: “bueno, pues tengo la otra alternativa, tengo que estudiar confección”, que era en el Programa de la Mujer Indígena, que funcionó un tiempo. Entonces llegué a la jefatura y, pues, “eres menor de edad”, 17 años. Perfecto. Entonces ya cuando cumplí los 18 dije: “ahora es cuando”. Presenté mi examen lingüístico, oral y escrito. Y el de conocimientos. Fuimos sesenta compañeros, aceptaron nada más a diez. Y la primera satisfacción es que, por dominar mi lengua estoy aquí donde estoy. Y lo segundo es que, bueno, de estos 17 años que llevamos aquí, en este centro de trabajo, nos hemos mantenido firmes y convencidos de que nuestra cultura es lo prioritario en todos los aspectos. Y lo otro es que, el poco tiempo que estoy aquí al frente de la dirección, pues he hecho bien mi trabajo. Pues yo digo que bien: gestioné ante la autoridad, está mi plaza cívica, mi jardinera, tiene otra vista mi escuela desde que yo llegué; gestioné ante la instancia gubernamental con el apoyo de Mejores Escuelas, también hemos hecho otras gestiones en Oaxaca. Y los niños, que conservan su ropa, pues también. Todos mis hijos estudiaron en este centro de educación preescolar y los pongo como ejemplo ante los demás padres. Nosotros somos mixtecos, pero al ingresar a esta escuela mis hijos fueron muy respetuosos con el uniforme, lo portaron como tal, con orgullo, portaron el calzón tacuate tradicional. En todos los años que yo llevo aquí trato de renovar mis huipiles, mi guardarropa, mi clóset está lleno de huipiles de aquí de Zacatepec.

Yo pienso que aquí lo importante es la identidad de la comunidad, la identidad propia de la comunidad, porque como le digo, podemos ir a otra localidad, pero cuando no tenemos una identidad propia, cuando no nos identificamos como tal, nos perdemos. Entonces eso es lo que nosotros tratamos de inculcarles a los niños. Su identidad.

Nuestra escuela, por ser bilíngüe, tiene muchas necesidades. Como observa, son los columpios tradicionales que se tienen, todos los juegos son tradicionales, pero nosotros quisiéramos también darles a nuestros pequeños otro tipo de juegos. Por ejemplo, un carrusel, algo que sea llamativo; o sea, hay que llevar al niño a lo que nosotros tenemos y a lo que también podemos tener. Entonces hemos tratado de buscar al diputado local de la región; también estoy lista, en el próximo periodo de vacaciones, para ir al DIF estatal. Estamos haciendo planes, porque mi interés es ahorita, ya tengo los espacios, pero faltan los juegos. Y esos juegos cuestan caro. Que pudiéramos buscar patrocinadores de esos juegos sería fabuloso, porque son cien alumnos; si yo pudiera conseguir patrocinadores de unos diez juegos sería maravilloso.

Yo me siento muy comprometida con la escuela, porque afortunadamente mi familia me ha inculcado así: querer a los niños, porque gracias a ellos tenemos nuestro salario, gracias a ellos nos vestimos.



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jueves, 12 de octubre de 2017

Educación indígena: Lo hemos ido resolviendo

Un rasgo distintivo de los maestros bilingües (o educación indígena) de hoy en México es que casi todo depende de ellos, más allá de la voluntad o el interés oficial. La mayoría de las veces, si hay o no recursos depende de una complicada trama burocrática entre las escuelas y sus autoridades, la organización local que el director de la escuela pueda lograr y, desde luego, su habilidad, de la que depende casi todo. Un caso paradigmático de mi recorrido por las sierras fue el del maestro Benito Quiroz, de un pueblo del municipio de Tlaxiaco, Oaxaca, en donde, con una enorme visión empresarial, ha creado una especie de emporio de las ruinas que recibió hace 20 años.


A primera vista, el Centro de Integración Social de Santiago Yosondúa, en el municipio de Tlaxiaco, Oaxaca, parece un centro vacacional. Pulcros edificios en un impresionante jardín de pasto y flores. Al descender las escalinatas de la entrada un ojo de agua; palmillas y cucharillas, flores de cartucho, alcatraces y rosas; detrás del conjunto, un majestuoso árbol donde descansó en algún momento del pasado el expresidente Lázaro Cárdenas del Río, cuya efigie de bronce preside el patio principal.

El maestro Benito es un hombre de unos cincuenta años con aspecto de luchador, de 1,52 de estatura y unos bien ganados ochenta kilos, que resultó por azares del destino un negociante extraordinario; cambió ese centro que encontró destruido en un pequeño emporio autosuficiente cuyas preocupaciones son, ahora, la banda de música y el vestuario del grupo de danza, en tanto que mantiene los negocios establecidos con estrategia de economista.

Santiago Yosondúa es un municipio de la parte sur de la Región Mixteca, a una altura de 2,200 msnm. Para llegar hasta allí de la ciudad de Oaxaca, hay que ir por la autopista a Nochistlán y se sigue hacia Yanhuitlán, donde se toma la desviación a Tlaxiaco, se pasa por Teposcolula, por Yolomécatl y de Tlaxiaco se toma un camino de terracería hasta Santiago Yosondúa, donde se encuentra el internado bilingüe “Mi Patria”. En los alrededores existe una gran cantidad de especies arbóreas maderables: enebro, encino, sabino, madroño, cedro y caoba; hablando de frutas, abunda el plátano, el mamey, el zapote negro, la ciruela; naranjas y variedades de limón. Será por eso que el 60 % de sus habitantes se dedica a sembrar hortalizas, frutas, maíz y frijol.


16 de junio de 2011

Centro de Integración Social número 20, “Mi patria”, de Santiago Yosondúa, Tlaxiaco, Oaxaca.
Prof. Benito Quiroz

Soy el profesor Benito Quiroz Jiménez, director del Centro de Integración Social número 20, “Mi patria”, ubicado en esta población de Santiago Yosondúa, Tlaxiaco, Oaxaca. He cumplido 29 años de servicio, al frente de este internado en particular tengo siete periodos escolares concluidos. Yo, básicamente, soy de raza indígena y al terminar mis estudios, pues, me inspiró la idea de buscar trabajo y trabajar con mi misma raza, con mis hermanos de raza. Así que me acerqué a la Dirección de Educación Indígena a solicitar una plaza. Tuve la suerte de ser seleccionado para ello y a eso obedece que estoy aquí.

Aprecio a los niños, ha sido muy bonita la vivencia que hemos tenido con ellos en las diferentes escuelas donde he prestado mi servicio, pues he tratado de enseñarles lo mejor, he tratado de tener el mejor del interés para que ellos aprendan, para que salgan bien preparados para la vida. Ese ha sido mi principal empeño, pero también he estado inculcándoles hábitos, especialmente el deporte; yo amo el basquetbol, me gusta el futbol y he estado integrando equipos muy competitivos en las comunidades que he tenido la oportunidad de recorrer. En particular en esta escuela, una experiencia muy grata que no se nos va a olvidar. Contar con niños de diferentes pueblos, de diferentes etnias, con variantes dialectales diferentes, me refiero a la lengua mixteca, pero que tiene sus diferentes sonidos. Aquí los niños lo expresan, se expresan en su lengua, no les cortamos la libertad, por el contrario, los animamos para que sigan haciendo uso de su lengua, dentro del aula y fuera, en los espacios libres. Para eso es la enseñanza bilingüe.

También tenemos triquis, desafortunadamente no tenemos aquí un maestro que hable la lengua triqui, tenemos puro mixteco; sin embargo, también respetamos a los niños que hablan la lengua triqui, los valoramos, los apreciamos y les inculcamos que sigan haciendo uso de su lengua. Estos niños vienen del pueblo de San Andrés Chicahuaxtla.

Esta escuela es un internado, se les da una beca para la cuestión alimenticia equivalente a 840 pesos mensuales hasta hoy, les ofrecemos la beca a los que lo deseen, los niños que asisten a la escuela vienen de diferentes pueblos. Tengo algunos en este ciclo escolar que vienen de San Juan Mixtepec Justlahuaca, alumnos que vienen de  San Esteban Atlatlahuacan, alumnos de las colonias populares de Tlaxiaco, alumnos de Santiago Amoletepec Zona de Vega; alumnos, un poco más numerosos, del municipio de Santa Cruz Putla y 26 alumnos exactos que son de este municipio de Yosondúa. Manejo una población de 69 alumnos en este periodo escolar. Tengo a tres maestros docentes, los grupos son multigrado; están fusionados: el primero con el segundo, el tercero con el cuarto y el quinto con el sexto. Les ofrecemos el servicio de lavandería, tengo una lavandera; les ofrecemos el servicio de enfermería para la atención de su salud, contamos con una enfermera; para la alimentación, les damos almuerzo, comida y cena a los alumnos, cuento con dos cocineras.

Cuando llegué a este pueblo tuve muchos deseos de contar con un ahorro para arreglarla. Le hemos puesto, déjeme decirle, mucho empeño. Hemos hecho diferentes actividades, pues partimos de cero, no tuvimos nada, la escuela estaba semidestruida, nada de cristales, puertas, todo muy roto, abandonado. El sistema de energía eléctrica no servía, el agua igual. Y nos propusimos arreglarlo, tuve como personal a 27 trabajadores y me reuní con ellos, los sensibilicé y se prestaron al trabajo. Quiero que sepa que en el primer periodo que criamos puercos, de la raza fina, vendimos 47 animales. Sacamos, no recuerdo exactamente, pero sí más de veinte mil pesos en la venta de puercos; al mismo tiempo, dos de mis compañeras, que siempre han estado poniendo mucho empeño y mucho interés, me pidieron que les construyera un pequeño viverito, donde cultivaron más de dos mil plantas de ornato que pusimos a la venta en la comunidad; las estuvimos transportando nosotros, con los mismos alumnos abrazando sus plantas, vendiéndolas de casa en casa; así se vendieron más de mil quinientas y el resto sirvió para los jardines de la propia escuela. No solo eso, cultivamos la tierra, cultivamos los terrenos, aproximadamente media hectárea de maíz elotero; con ese elote, pues, tuve una experiencia muy grata, la planta se dio mucho muy bonita, sacamos elotes en venta de primera calidad, aunque más de la mitad de la cosecha, al concluirse el ciclo escolar, no lo pudimos vender y se  perdió. 

Entonces de ahí hemos estado sacando recursos, hemos realizado rifas de animales con el propio personal, puercos, principalmente. Hemos sacrificado puercos para consumo de los niños, pero también la mayor cantidad de carne se pone a la venta en el mercado. Entonces, de ahí hemos estado sacando recursos y los hemos multiplicado. Así fue como pudimos colocar cristales en las ventanas; con ayuda del Instituto de Educación Pública de Oaxaca, pudimos reparar la escuela, con ese mismo recurso construí el invernadero, que me costó la cantidad de treinta y nueve mil ochocientos pesos; tuve que pedir un préstamo en una caja solidaria, pero produjimos en el invernadero, cosechamos jitomate y se dio, gracias a Dios, mucho muy bonito. No solo bonito, mucho muy bonito. Con tres cultivos que le pusimos al invernadero pudimos pagar el costo del invernadero.

El periodo escolar pasado me propuse fundar una banda de música. Lo que empezamos fue a vender carne, hemos sacrificado puercos, los niños y los maestros salen a vender y a promocionar. Así es como hemos ido adquiriendo instrumentos, con una inversión a la fecha de alrededor de noventa mil pesos, aunque todavía tengo un adeudo de treinta y dos mil pesos, que va a tener que ir saliendo con  la venta del trigo, que se lo vendemos al propio internado. Y así vamos a ir saldando. Ahorita tengo avena en el otro lado, esa avena la vamos a poner en venta, ya está vendida, solamente la vamos a cortar para llevársela al cliente. Así vamos adquiriendo recursos económicos. Pero no solo eso, tenemos ingresos en la cooperativa escolar, que les vende golosinas muy económicas a los niños, útiles escolares con lo básico: cuadernos, lápiz, bolígrafo, sacapuntas, borradores, también para que no salgan al centro del pueblo a comprar, aquí se les vende al mismo precio o incluso a un poquito menos. Se acumula y se junta el recurso para el fin de periodo, cuando hacemos los pagos. Así hemos ido resolviendo los problemas. Pero no solo eso, fíjese que cultivamos muchas flores y aquí las vendemos por docenas. Cuando hay un compromiso en el pueblo vienen con nosotros, les vendemos por docenas cartucho y alcatraces, les vendemos rosas y otras flores, de ahí han estado saliendo recursos. Ahora la maestra recogerá la tercera cosecha de hortaliza, la primera salió muy bien: lechuga, rábanos, cilantro, ejote, que se acabó. Ahorita nada más vamos a reunir el recurso a ver cuánto sale, pues hay que ir a pagar deudas y hacer más planes. De ahí tenemos que hacer un apartado para ir a dejar a los niños y para volver a traerlos, básicamente la gasolina. Nada más. Con eso lo hemos ido resolviendo. 

Tenemos además las actividades académicas que se les dan, en el aula contamos con los talleres de danza, taller de carpintería y de música. Tres talleres. Para la jardinería, que es muy amplia como puede usted ver, no contamos con personal especializado adicional, las realizamos los maestros con los alumnos, básicamente. Nos distribuimos las áreas de jardinería, las cultivamos, las arreglamos, las regamos. Eso es lo que hacemos.

Los obstáculos que tenemos son la carencia de recursos económicos; aunque no lo queramos tiene que ver en todo. No tenemos herramientas para el cultivo agrícola, no tenemos herramientas para jardinería, no tenemos recursos suficientes para material de aseo, no tenemos recursos para artículos deportivos, como balones de basquetbol, fútbol, etcétera. Esos son los obstáculos que tenemos.

La satisfacción es de que, primero, en lo personal, de tener un trabajo, de tener un salario para poder solventar nuestros gastos, nuestros compromisos; segundo, una gran satisfacción de tener alumnos en esta escuela de muchas comunidades, de varias etnias, eso es básicamente muy satisfactorio, contar con ellos, vivir con ellos. Déjeme decirle que a los alumnos aquí los vamos a traer de sus comunidades en una camionetita, los trasladamos a la escuela y aquí los cuidamos, aquí los bañamos, aquí jugamos con ellos, aquí les enseñamos, aquí comemos con ellos. De tal forma que me siento muy satisfecho de contar con ellos, con los niños, porque son casi casi nuestra familia… ¡son nuestra familia! Eso es lo que más me satisface.


Centro de Integración Social “Mi Patria”, número 20 de Santiago Yosondúa, municipio de Tlaxiaco, Oaxaca.
Prof. Alejandra Mendoza Cortés

Ingresé por medio de un examen de conocimiento y de la lengua originaria, que es el mixteco. Yo puedo hablar bien el mixteco, mi familia lo habla y por medio de un examen entré a trabajar aquí.

Mi nombre es Alejandra Mendoza Cortés, soy originaria de Xalcatongo de Hidalgo, un pueblo vecino, presto mis servicios en este internado como maestra de danza, pero mi labor empieza desde las diez de la mañana cuando atiendo la biblioteca, y por la tarde me voy con los niños de primero a sexto, los que están en este taller de danza. Nos ponemos a ensayar bailes nacionales y de la región. Ahorita estamos ensayando un baile de aquí de la Región Mixteca que se llama Sones de Tlaxiaco, que es nuestro distrito. Los niños bailan también bailes nacionales, como son los bailes del estado de Jalisco, el Son de la Negra y otros. Muchos sones.

Se trata de rescatar las costumbres de nuestros antepasados, porque la verdad ya se están perdiendo aquí, pues llegan muchos niños que ya no hablan la lengua originaria de su pueblo. Yo me siento orgullosa porque crecí con esas costumbres de la lenguas, de lo que es la gastronomía. Por eso me da gusto cuando los niños empiezan a preguntar,  algunos tienen deseos de aprender la lengua originaria, las historias y las costumbres de los mixtecos. Muy poquitos, unos cuantos nada más, lo hablan, y otros el triqui, de la región alta. El triqui es totalmente diferente al mixteco, en la entonación y todo; también se escribe completamente diferente a la lengua mixteca.

Ahorita, un obstáculo que encontramos aquí es que no contamos con algún equipo de video o de sonido para que los niños tengan referencias visuales y vean otros bailables, que vean cómo es. Un poco de tecnología y equipo es nuestra principal carencia. Al ver videos los niños se motivarían más. Muchos de ellos, cuando llegaron en este internado, pues, la verdad, no podían bailar y poco a poco fueron aprendiendo. Ahorita bailan muy bonito, fuimos a presentarnos a un pueblo en una actividad, un evento estatal, llevamos a los niños y lo hicieron muy bien. A mí me dejó muy satisfecha porque sí bailan bien los niños. Fuimos a un festival el 20 de noviembre, el 10 de mayo aquí en el pueblo y lo hacen bien. Algunos padres de familia nos han felicitado porque sí bailan.

Ahora, el otro problema, aprovechando que está usted aquí -pues nunca se sabe-, para que nos pudieran apoyar en los vestuarios, porque aquí los niños llegan sin nada, aquí hay que conseguirle desde un pasador hasta sus zapatos; hay que conseguir, rentar o mandar a hacer algunos trajes del estado de Veracruz, de Chiapas, el del jarabe mixteco, que es el original de la región. Y no contamos con eso, no sé si por medio de ustedes nos apoyarían para tenerlo. Necesitamos telas, pues la verdad han salido muy caros los vestidos. Le digo al director: “quisiera poner otro baile”, pero el problema es que no hay forma de vestirlos. 

Aquí nos hemos organizado, yo principalmente con mis niños, en sembrar hortaliza, rábanos, lechuga, cilandro. Y salen a vender, han recolectado algún fondo económico y de ahí pudimos hacer vestidos; la dirección también, vendiendo avena, alfalfa. Ahora vamos a mandar hacer el traje de Jalisco, sí, pero nos ha costado demasiado. Ojalá ustedes nos pudieran apoyar. Gracias a los marranitos tuvimos uno de los vestuarios. Ahorita tenemos en el invernadero rabanitos, son tres cosechas, ahora vamos a sacar la cuarta cosecha, hacemos los manojitos y se van los niños a la población a venderlos a cinco pesos: rábanos, lechuga, cilandro. Y col, pero la verdad desconocemos la técnica de la col, como que no resultó, pero ahí está. Ejote también hemos salido a vender. Por esos medios hemos adquirido algunas ropas de las regiones que ya tenemos.

A mis niños, la verdad, a mí en lo personal, nos dio mucho gusto, porque sí nos informaron que iban a venir. Y los niños estaban muy motivados esperando y, cuando los vieron, “ya llegaron, ¿son ellos?, sí, son ellos”, les digo, están muy contentos, ojalá pudieran regresar otra vez por aquí, pues es un pueblo que se encuentra muy lejos de nuestro distrito, pero está muy bonito.



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jueves, 5 de octubre de 2017

Un alfabeto para la nación ñuu savi

Mi recorrido por las sierras en busca de una versión palpable de la educación indígena contemporánea me llevó a la comunidad mixteca de Unión Buenavista del municipio de Santiago Apoala, Oaxaca, donde fue posible entrevistar a un inteligente profesor ñuu savi encargado de toda una escuela en las cumbres de un enorme cañón.


15 de Junio de 2011

La escuela “Víctor Bravo Ahuja” está en la parte alta de un profundo barranco salpicado de enormes piedras blancas que, dicen, provienen de un volcán. Resulta obvia la elección del nombre de la comunidad: Buenavista, pues todos los elementos incluidos en su paisaje: el aire, el sol, la lejana parte vecina al otro lado del cañón, en donde han puesto un moderno mirador turístico, orillan a ese sustantivo.

Para llegar al municipio de Apoala hay que salir de Oaxaca por la autopista a Puebla hasta Nochistlán, de ahí se toma un camino de tierra que sube hasta la población de Unión Buenavista, al borde de un barranco profundo en cuyo fondo, cruzada por un río de manantial que nace ahí mismo (en ñuu savi: Yutsa To`on: “río que arranca”), se encuentra la cabecera municipal Santiago Apoala.

Apoala se localiza al noroeste de la Mixteca Alta de la región Mixteca, a  1,970 msnm. El combustible principal es la leña y se nota, los bosques han desaparecido para dar cabida a sembradíos de maíz, frijol, trigo y calabaza de precaria producción. Por sus matorrales se escabullen aún coyotes, comadrejas, tejones, ardillas y zorras, aunque es difícil verlos. Un burrito, en cambio, se quejaba amargamente de estar amarrado en la parte baja del patio escolar.


Prof. Miahil García Santiago
Escuela primaria bilingüe “Víctor Bravo Ahuja” de Unión Buenavista del municipio de Santiago Apoala, Oaxaca.

Mi nombre es Milahil García Santiago, el nombre de la escuela es Primaria bilingüe “Víctor Bravo Ahuja”, establecido en esta comunidad que es Unión Buenavista que pertenece al municipio de Santiago Apoala.

La educación que imparte nuestra escuela es una educación bilingüe, acá lo primero que hacemos, lo que estamos tomando más en cuenta es la lengua materna, la lengua que los niños practican a diario, porque es la lengua principal de los niños; la lengua número uno para ellos es el mixteco y como segunda la lengua ellos utilizan el español. Entonces ahora, al estar impartiendo asignaturas con los niños, pues primero lo hacemos en lengua indígena, posteriormente los estamos retroalimentando con el español, desde luego, para que también lo conozcan cuando ellos se vayan, cuando tengan la necesidad de salir. Entonces ellos deben que tener otra forma de cómo comunicarse más allá del pueblo, por ejemplo, cuando vayan a la zona urbana. Por eso es que también retomamos el español como segunda lengua, pero la lengua número uno, acá en nuestra escuela, con la que impartimos nuestras asignaturas, es la lengua mixteca.

Mi interés para ingresar a este sistema más que nada fue por estar ayudando más a mi gente, a mis paisanos, porque como usted bien sabe anteriormente nuestra gente tenía que emigrar a nivel regional, a nivel estatal, a nivel nacional; tenía que emigrar por sus muchas necesidades ¿no?, entonces, viendo su situación, los problemas que ellos enfrentaban, me nace el interés de ingresar al sistema de educación indígena. ¿Por qué no estar al lado de nuestros paisanos?, ¿porque no estar al lado de nuestra gente?, para estar compartiendo con ellos estos momentos difíciles, para que así también ellos no se sientan solos y, por qué no, impartir una educación bilingüe, porque aquí, quiérase o no, hay que fortalecer la cuestión cultural que está arraigada en cada uno de nuestros pueblos, nadie la va a fortalecer más que nosotros mismos. Y ese fue mi interés por involucrarme en el sistema de educación indígena.

El proyecto que implementamos y estamos trabajando acá es acerca de nuestra lengua materna. ¿Por qué nace el interés, por qué no darle relevancia, por qué no fortalecer esa lengua indígena de nuestros ancestros, nuestros hermanos mixtecos? Ellos lo hablan aún en algunas comunidades, porque no en todas, en algunas comunidades se conserva la lengua mixteca, y por qué no darle más auge, darle más, fortalecerla más.

¿En qué sentido, profesor?

En el caso de nuestra escuela, en el caso del municipio de Santiago Apoala, bueno, yo tenía interés de tener un alfabeto, un pequeño alfabeto, de acuerdo a la variante del municipio. ¿Para qué?, bueno, pues si los niños hablan, la lengua indígena es su medio de comunicación en todo momento, entonces por qué no buscar la manera de que ellos lo escriban, porque todos esos saberes comunitarios, los cuentos, las leyendas, las memorias, las anécdotas, esos chistes que hay, que son netamente de la cultura mixteca, por qué no darle relevancia. Entonces de ahí nace, pues, la inquietud de echar a andar este proyecto. Claro que es un trabajo bastante difícil, porque como lo acabo de decir, es a largo plazo. Muchos pensamos que es un trabajo que de la noche a la mañana ya está terminado, inclusive que escribir aparentemente es fácil, pero no, porque si escribimos algo lo pensamos a consideración de los lectores, ahí se van a ver muchísimos detalles; se vuelve a reescribir, se vuelven a ultimar los detalles y aún todavía sigue. No es un trabajo terminado. Entonces nos metimos en un problema que, quizás, a la larga, va a tener un resultado. Pero al momento estamos iniciando.

Para poder iniciar con la escritura con de la lengua ñuu savi, nosotros hemos asistido, no a muchos, a unos que otros congresos programados por una academia que es la que se encarga de ir dando los parámetros que tenemos que utilizar para la escritura de nuestra lengua mixteca. Desde luego que hay un alfabeto de manera general para toda la nación ñuu savi que abarca Puebla, Guerrero y Oaxaca, pero de ahí, lo que estamos haciendo acá en nuestra escuela y a nivel sector Apoala, lo que estamos haciendo es que estamos, de ese alfabeto, estamos tomando las grafías que utilizamos para hablar  o comunicarnos como hablantes. Entonces de ahí estamos retomando para hacer uno que sea de la variante de este municipio o de la localidad.

Las letras son occidentales, aunque algunas no, como el caso de la “q”, la doble “m” la “c”, esas ya no las tomamos en cuenta, para eso las sustituye la “k”, a la doble “m” la sustituye la “y”, y así, no todos las letras del abecedario se utilizan. Por otra parte, tenemos el problema de que la lengua mixteca es una lengua tonal, entonces ahí es donde tenemos un poco de detalles, pero como la academia está en constante renovación, realizando trabajos de investigación, nos está dando las herramientas necesarias para poder realizar esta actividad. Pero sí hay un poco de dificultad, sobre todo porque inclusive ahí se utilizan tonos medios, bajos, altos; entonces, como hablante se me va a ser difícil porque los tonos no los usa el español, pero como todavía no están alfabetizados, son un problema. Primero hay que empezar con la alfabetización, entonces sí podremos meternos con los tonos. Y así. Ese es el mecanismo que vamos a seguir para fortalecer este trabajo.

Más que nada yo pienso, me enfoco más, en el concepto de la cosmovisión mixteca, de mis raíces; la naturaleza, yo convivo con ella pero de acuerdo a mi raíz cultural, no viendo a la naturaleza de la manera occidental.

Unos de los obstáculos en cuanto al terreno educativo, a la labor que estamos realizando, son, por ejemplo, los programas, porque en cada sexenio nos dan diferentes programas, cada gobierno tiene un proyecto diferente. Entonces, lo que pasa es de que nosotros apenitas si estamos queriendo agarrar al programa vigente,  de este sexenio, apenas si estamos iniciando, empezando a entenderlo, a descifrar todo el programa, cuando ya hay relevo de sexenio y viene otro programa con otra mentalidad, con otra visión. Entonces definitivamente algunos tienen la sensación de que no podemos encontrar alternativa.

¿Cuál es entonces la educación que se debe impartir, profesor?

 Ahí, muchas de las veces, lo que hacemos es buscar una alternativa nosotros mismos, por sí solos, para impartir la educación, para seguirla haciendo con los alumnos. Por ejemplo en este periodo, de repente, dicen: “No, ya no se va a seguir trabajando con este plan, ahora vamos por proyectos”, y nos los cambian totalmente, les dan la vuelta totalmente. Lo ideal es que fueran evolucionando y que se fueran dando otras alternativas, pero sin perder lo que es desde un inicio; que tenga una secuencia, claro que debe de evolucionar porque los tiempos van cambiando, entonces deben de ir a la par con todo lo que está evolucionando como, por ejemplo, con la cuestión tecnológica; la tecnología debe de estar al día, igual eso debe de ir gradualmente de acuerdo a los cambios que se dan, pero no un cambio totalmente brusco, porque eso nos encierra en un dilema del que no podemos salir.

Como maestro bilingüe lo que más me emociona, lo que más me satisface es, por ejemplo, estar impartiendo la educación en forma bilingüe, sobre todo utilizar mi lengua materna para impartir la educación a los niños, y es el arma más fuerte, también, como medio de comunicación, no nada más en esta comunidad sino con otras comunidades en donde hay personas hablantes de la lengua mixteca, pues eso es lo que más me emociona. Hay una gran cosmovisión dentro de la cultura y muchas de las veces si uno no las cultiva, hay personas que tienen una gran capacidad o son conocedoras de la cultura, pero si ellos no hablan, hay muchos que no hablan el español,  entonces yo como hablante eso me ha ayudado muchísimo para indagar, para investigar y traerlo aquí con mis alumnos. Y eso ha sido un arma fundamental.

Ya ve que la intención era, hace 500 años, la intención era acabar con esta cultura, después fue castellanizar. Es como la política de hoy en día. Dicen, por ejemplo: “no, es que debe un niño debe de hablar inglés”. Casi iban a acabar con la cultura, pero afortunadamente no se pudo. Y no se podrá, porque en muchas comunidades hay gente que tiene conocimientos de esa gran esencia cultural; de nosotros depende, en mi caso, como indígena, de nosotros depende que eso se siga conservando.

Yo he tenido la oportunidad de hacer programas de radio bilingüe y de ahí me nació más interés a hacia mi cultura; antes, no estaba yo muy bien convencido de lo que era mi cultura, tenía yo identidad, pero aún no estaba seguro de cuál era en sí mi identidad. Pero ya tuvimos una experiencia por ahí y es algo muy satisfactorio, en el sentido de que es tan grande la cultura, es tan bonita, que tiene uno todo ese potencial cultural, pero que uno mismo se encierra y uno mismo hace que eso no se expanda, no se vaya más allá de donde debe de estar.

Gracias, profesor.

Pasado el tiempo, me dio mucho gusto encontrar en la Red una cápsula radiofónica escrita y leída por el Profr. Mijail García Santigo, llamada Identidades. Te invito   a escucharla.



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