viernes, 17 de abril de 2020

Soy purépecha, soy otomí y me visto así


No le caí bien desde que llegué. Mis explicaciones le parecieron largas. O quizás, simplemente, se trataba de un  hombre enojado. En febrero de 2014, huyendo de un sol inclemente, penetramos a un oscuro salón de clases en la parte norte del patio de la estación ferrocarrilera de León, Guanajuato, ahí se encuentra una escuela para niños migrantes en donde el profesor Cipriano presta sus servicios magisteriales; en la penumbra del salón de clases, ambos de pie, súbitamente comenzó a hablar.



Mi nombre es Luis Eduardo Cipriano Zamora, soy profesor de grupo multigrado y encargado de la dirección de la Escuela José Ma. Morelos y Pavón y también soy asesor de lengua y cultura indígena purépecha del estado de Michoacán, y pues aquí estamos en los patios de la Estación del FFCC sin número, Colonia La Luz, de la ciudad de León, Guanajuato, trabajando con niños indígenas migrantes de diferentes culturas provenientes de los estados de Oaxaca, Michoacán, y Querétaro. Tengo la licenciatura en educación indígena bilingüe de la UPN, plan 94, estudié en la ciudad de Zamora con los hermanos indígenas purépechas.

El reto es atender a los hermanos indígenas migrantes de todas las culturas que llegan a esta ciudad en busca de una mejor vida, pero que desgraciadamente somos rechazados, maltratados y marginados en las colonias o en las escuelas; entonces nuestro reto es atender a la niñez indígena migrante para que poco a poco vayamos mejorando nuestra calidad de vida en cuanto a la preparación y en cuanto a mayor conocimiento para poder trabajar en funciones mejor pagadas e inducirlos al camino de la preparación. Esa es nuestra meta,  trabajar con ellos en su propia lengua. Vienen de la comunidad indígena de Michoacán, de la comunidad de Tacuro; también vienen de la comunidad de Tlacayoapan, del estado de Oaxaca, son mixtecos; vienen de Veracruz, vienen niños de Loma Linda, de Atlahuilco, ellos son hablantes del náhuatl; tenemos niños de Santiago Mexquititlán, del estado de Querétaro y son hablantes de la lengua otomí.

Se quejaba usted de la tramitología, profesor.

En este trabajo, pues en sí, en cuestión a la pedagógica, en cuestión al trabajo educativo, nosotros los profesores estamos bien capacitados, vamos a los cursos generales de actualización, recibimos las nuevas formas de enseñanza; por ejemplo ahorita la 2011. En cuanto a este aspecto nosotros no vemos tanto problema. El detalle o los problemas que nosotros tenemos es, por ejemplo, el de ahorita: un maestro de grupo tiene que hacer toda la gestión, tiene que estar en supervisión, tiene que estar asistiendo a reuniones y no puede cumplir plenamente como profesor frente al grupo; en este caso yo porque soy el encargado, soy el director de la escuela, y tengo que estar saliendo y desatendiendo a mi grupo. El día de hoy se lo dejé al profesor Adán, con la finalidad de que no se pierda este día. Llegué temprano, revisamos tareas y dejé los trabajos que teníamos que hacer. Y el compañero me está apoyando, pero por lógica él no tiene el programa de esos grados, él está atendiendo a otros grados, pero son a veces las desventajas con las que nosotros nos enfrentamos. Los maestros frente a grupo multigrado, que además es multicultural, de no poder atenderlos de la mejor manera posible. Y como son pocos alumnos, entonces no nos pueden asignar más maestros o una persona para atender los trámites. Ahorita estuvimos llenando la documentación para las becas, y si no voy hoy, los niños se quedan sin becas. Entonces sí hay que priorizar esto, mejor encargarle al otro compañero que atienda el grupo y yo hago esto, es de los pocos apoyos con los que cuentan, y a veces, si no tienen estos apoyos, difícilmente el niño puede estar asistiendo a la escuela, porque le hacen falta útiles y transporte. Es muy significativo en comparación de que si no los tuviera.

Trabaja usted con un gran mosaico cultural, profesor.

Las satisfacciones son muchas, son muchísimas. La principal es la satisfacción de tener esa oportunidad de apoyar a los hermanos indígenas; indígenas de la misma cultura y hermanos indígenas de otras culturas. O sea, ver que tú eres útil y estás haciendo… no algo, sino mucho por la gente que en verdad necesita esa atención. Gente que es excluida en otras instituciones, gente que no es apoyada, porque desgraciadamente hay gente ignorante que piensa que por ser uno indígena no tiene la capacidad de poder llegar “a”, o al querernos castellanizar, entonces lo que pretendemos en la escuela es apoyarlos a que adquieran la segunda lengua, que es el español, pero sin dejar de fortalecer la primera lengua, la lengua materna.

Por ejemplo, llevar a cabo actividades culturales. Los días miércoles nosotros trabajamos todo el día lo que es la lengua indígena. Llegamos vestidos con los trajes típicos del lugar de donde procedemos, jugamos, platicamos, los otros días también se puede hablar en nuestras lenguas, pero tenemos un día especial para decir: soy purépecha, soy otomí y me visto así. Como presumirlo un poco, como dar a conocer, y que vean, pues, que eso no impide nada, no me impide de que siga uno adelante, de que avancemos y demostrar que no somos ignorantes; en cambio, los ignorantes son esas personas que están cerradas y que aun así nosotros respetamos, comprendemos que tienen otra forma de comunicarse, otra forma de organización, y así nosotros respetamos para que también se nos respete, pero a veces eso no ocurre. Desgraciadamente, por la poca preparación no les permite conocer la gran riqueza cultural y el gran mosaico cultural que existe aquí en México y piensan que únicamente es una cultura indígena más y que todos son mariachis que todos son Cortés, ya que ni siquiera tienen la capacidad de diferenciarlos: estos son rarámuri, estos son otomíes.

¿Se siente lejos del centro, de donde se toman las decisiones, profesor?

Nosotros, como escuela indígena, no estamos tan enterados de todo el proceso que está llevando a cabo el. Nos ha apoyado, pero nosotros pertenecemos a la Dirección General de Educación Indígena de la Secretaría de Educación. De una u otra manera nuestros superiores nos han explicado lo que hace el Pronim, pero a veces desgraciadamente desconocemos de dónde está llegando el apoyo, porque buscamos, buscamos y como que el mundo no alcanza a escuchar nuestras peticiones; les damos a conocer nuestros avances y como que no les interesa conocer, como que se hacen los sordos. Sí, me avisaron mis superiores de que el programa de educación para migrantes nos iba a apoyar con el aula y fue cuando nos empezamos a enterar de que estaba este proyecto o que estaba esta organización, que está trabajando en varios estados, en todo el país, y cuando se me invitó a participar en una de las reuniones del Distrito Federal, fue cuando me enteré un poco más.

Aquí tenemos, no necesariamente hijos de jornaleros migrantes, son también hijos de familias que emigraron hace tiempo y se asentaron aquí, la mayor parte en León. Regresan unas cuantas semanas a sus lugares de origen y se vuelven para acá. Y supe del Pronim porque nos llegó el apoyo, yo pienso que están trabajando muy bien para aquellas comunidades donde está únicamente trabajando el Pronim. Yo escuché cosas muy buenas, pero aquí estamos apoyando lo que es educación indígena y el Pronim es especial para migrantes, son dos programas.

Muchas gracias.

Cómo no.


La fotografía que no tiene nada que ver, del autor del blog.




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martes, 7 de abril de 2020

Son explotados, a mi parecer


12 de septiembre de 2012. Llegamos a refrescarnos primero de la resequedad desértica del camino, todo el paisaje tamizado de un fino polvo del color del café moka, habitado por nopales y otras cactáceas y huizaches bañados completamente por ese mismo polvo; de pronto, un basurero que atravesamos entre la arena y el sol antes de llegar a la primaria Caimi, Centro Integral para niños migrantes, en el municipio de Ascensión, Chihuahua, la maestra María Dolores Cázares Casas me recibe muy sonriente, se ve que ella es una mujer alegre y franca.



Hábleme de su trabajo, profesora –le pido–. 

Doy tercero de primaria, estudié muchas carreras inconclusas, estuve principalmente en la Normal del Estado, estuve en la normal superior; en español, tres semestres, y actualmente estoy estudiando pedagogía en la Universidad Cultural. Además los cursos de aquí, como un diplomado.

Cuando yo me topé por primera vez con el Profe me dijo de este proyecto que está hoy, que todavía no existía. Me emocionó mucho primeramente pensar que había alguien como el profe Horacio que estaba trabajando por nuestro pueblo, que a la vez iba a generar empleo y que se preocupara por esos niños que venían aquí y que no iban a la escuela. Entonces, cada día que vengo aquí yo pienso en mis niños, incluso así los llamo: mis niños, y todas mis compañeras: sus niños. Este es un gran proyecto para nuestro pueblo, para nuestra comunidad, más que nada porque le da atención a estos niños que nosotros adoramos tanto, porque se levantan a las tres, cuatro de la mañana, se van a trabajar, comen o mal comen, más bien, y llegan, se bañan y vienen con unas energías todavía sorprendentes, porque nosotras nos levantamos a las seis, siete de la mañana y a estas horas del mediodía ya andamos cansadas. Y mírelos.

¿De dónde vienen estas familias, profesora?

Ellos vienen del sur de la república, tengo niños de Veracruz, de Chiapas, de Oaxaca, de Guerrero; vienen aquí a nuestro estado buscando trabajo; aquí hay mucho empleo en los campos agrícolas. Recogen chile, tomate, aparte de que escardan cuando están las plantas y que sale mucha yerba; los niños dicen que andan en la escarda; andamos en el trasplante, andamos en la pizca; o sea, son procesos, empiezan con los trasplantes, luego la escarda y luego ya la pizca. De chile, tomate, cebolla; las sandías, el algodón, aunque ya la mayoría de los agricultores en el algodón meten maquinaria, pero de todos modos muchos sí meten gente para la plantita, para sacarla por completo. Entonces vienen a partir del mes de mayo y en noviembre, ya que hace mucho frío aquí y que se acaba el trabajo, ellos se van a sus estados.

¿Qué tanto aprenden en estas escuelas, profesora? ¿Realmente aprenden?

Batallamos principalmente en que no saben leer y escribir. Regularmente en tercer grado lo niños ya saben leer y escribir y aquí no. Entonces sí representa un gran esfuerzo; por decir, en matemáticas algunos niños que tengo ahorita no conocen cantidades de tres o cuatro cifras, conocen los números del uno al diez, y saben sumar y restar cantidades, pero conforme a las necesidades de ellos, porque uno no los hace tontos, ellos saben que de veinte pesos, si pago quince me tienen que regresar cinco; pero ya en ecuación no saben de una cantidad grande, de millares. Hace poco muchos niños no conocían números de tres cifras. Ahora sí, la mayorías de los niños, pues tengo muy buen grupo, yo casi no batallo, aunque a algunos niños tengo que alfabetizarlos. Conocen también todas las letras, pero no formar palabras, menos leer, no saben. Entonces sí es un gran reto estar con ellos, preparar una clase, cómo explicárselas, porque hay unos niños muy listos, pero hay otros que no.

El primer año que yo estuve el Pronim tenía unos niños que no hablaban español, entonces teníamos multigrado y sí era más difícil atender a los niños. Pero había uno que nos hizo reflexionar, yo le decía: Carlitos, mira, vas a hacer esto: “sí”; vas a hacer esto otro: “sí”. Todas mis instrucciones me decía que sí. Una compañera me aconsejó: dígale algo que le tenga que decir que no. Yo le dije algo y él: “sí”. Entonces fue como nos dimos cuenta de que no me estaba entendiendo nada. Ahorita ellos ya hablan español, pero entonces sí era una dificultad hacernos entender con ellos. Nuestro problema ahora es que tenemos una asistencia muy irregular, el niño que vino el lunes ya no viene hasta el jueves, o ya no vino toda la semana. Y cuando viene: ¿por qué no has venido? Porque andamos trabajando, maestra. Asistir a la escuela es un segundo plan, no es su prioridad, ellos vienen a trabajar. Y los papás no se preocupan. Para ellos que los niños trabajen es tener un ingreso, entonces pues no, no tienen mucho entusiasmo de que estudien. Hemos tratado de motivarlos: miren sus hijos van a aprender y van a tener beca de Sedesol; ya está el comedor; no se preocupe por la comida, aquí comerá; mejor que se cambie, que se bañe y acá va a comer. Pero aun así no despertamos el interés.


¿Qué le gustaría que ocurriera aquí, profesora?

Algo que me gustaría mucho, mucho que ocurriera aquí en el pueblo es que no se empelara niños en el campo. Porque yo he oído comentarios de otros compañeros de Pronim que hay estados donde los niños no trabajan. En Jalisco dicen: yo voy al campo y el mismo agricultor me pone una bodega; no tienen una escuela como esta. Trabajan las maestras hasta en los mismos campos agrícolas. Platicaba una de ellas: yo me tengo que trasladar hasta allá, y la persona, el dueño de ahí, me tiene una bodega donde meten hasta los costales, y ahí doy las clases. Todos los niños; conforme van llegando las familias, todos se van conmigo, a la escuela y los papás a trabajar. Aquí no, a mí sí me gustaría mucho que ocurriera eso, por los muchos accidentes que tienen los niños, porque son explotados a mi parecer. Aunque a ellos les gusta ¿eh?

Lo que veo es que a todos les gusta, maestra María Dolores, yo la veo muy contenta.

A mí me encanta. Yo les digo a mis hijos,  a mis hijos verdaderos, porque a mis hijos les digo hijos, y a ellos les digo mis niños. Tengo ya una niña en prepa y le pregunto ¿hija, qué vas a estudiar? Cada vez que la veo me cambia de carrera. Le digo: no es posible hija, yo decidí en tercer año de primaria, ya sabía que quería ser maestra. Al terminar secundaria ya estaba enfilada. Todo lo que me ha pasado en mi vida se recompensa con esto. Ahorita que estoy trabajando en lo que a mí me gusta, y más que estoy estudiando, pues me encanta: Tengo un niño que todo el día sube y baja, sube y baja: siéntate, siéntate. No pelees, hazlo en el pizarrón. Y cuando nos despedimos en la noche: maestra, que pase buenas noches, que descanse. Todo lo que batallé con él, todo el día, desaparece en ese momento. Y eso es de todos los días. Y la despedida así, tal cual. 

Estoy  muy contenta con mi trabajo, me gusta y qué bueno que este centro ponga el ejemplo para otros estados, porque estamos en la mira de mucha gente.

Muchas gracias.

A usted.


Fotos:



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